viernes, 19 de febrero de 2016

La huella del Pescador se queda en casa

Apoteosis en la recepción
Francisco, hermano, ¡ya eres mexicano!

El Papa arribó al Hangar Presidencial, y fue recibido por el Nuncio Apostólico, el Primer Mandatario de la Nación, y su esposa.

Foto - Nota 1

Yara Martínez González
Ciudad de México

El día esperado se llegó. El Papa Francisco pisó suelo mexicano el viernes 12 de febrero, en punto de las 19.30 horas, y a su llegada al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, de la Ciudad de México, ya lo aguardaban el Nuncio Apostólico, Arzobispo Christophe Pierre; el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera.
A su paso por la alfombra roja, saludó a los presentes y se encontró con un grupo conformado por niños de Oaxaca, Puebla, Veracruz, Jalisco y Tamaulipas, quienes le entregaron un cofre con tierra de nuestro país para que fuera bendecido. También escuchó la canción “Luz”, interpretada por varios artistas, y que se incluye en un disco, cuyas ganancias de venta serán donadas al Hospital Infantil “Federico Gómez”, e igualmente escuchó música de mariachi y vio bailables típicos.
Al grito de “Francisco, hermano, ¡ya eres mexicano!”, los más de 3 mil 600 asistentes que se congregaron para darle la bienvenida alzaron sus pañuelos rojos y blancos e iluminaron con lámparas el camino del Sucesor de Pedro, quien rompió el protocolo para acercarse a las tribunas, realizar un recorrido, y dar su bendición a la multitud.
En su traslado a la Sala de Prensa del Hangar también saludó al Séquito Papal, a los Prelados del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, a los Obispos del Consejo Permanente de esta misma Organización, así como a la comitiva mexicana.
Antes de abordar el papamóvil que lo conduciría hacia la Nunciatura Apostólica, donde pasó su primera noche en México, el Santo Padre sostuvo un encuentro privado con el Jefe de la Nación, y a su salida, saludó al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Juventud, la riqueza de México

Es necesario reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos para construir el país que se dejará a las generaciones venideras, señaló el Papa Francisco durante su encuentro con el Presidente de la República.

Foto - Nota 2

Yara Martínez González
Ciudad de México

CIUDAD DE MÉXICO- La principal riqueza de México, hoy tiene rostro joven, afirmó el Jefe del Estado Vaticano durante su encuentro oficial con el Primer Mandatario de la Nación, Enrique Peña Nieto, y su Gabinete, así como el Cuerpo Diplomático acreditado en el país, y otros representantes de los Poderes Legislativo y Judicial el sábado 13 de febrero.
Reunidos en el patio central del Palacio Nacional, en la Ciudad de México, el Sumo Pontífice aseveró que un pueblo con juventud es capaz de renovarse y de alzar la mirada hacia el futuro. Por ello, es necesario reflexionar sobre la responsabilidad de construir el México que se dejará a las siguientes generaciones.
“La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos, en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia, e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.
A los Funcionarios Federales les dijo que les corresponde trabajar para ayudar a los ciudadanos a tener acceso a los bienes materiales y espirituales indispensables, como son: vivienda y trabajo dignos, alimento, justicia, seguridad, y un ambiente sano de paz. Por ello, ofreció el apoyo de la Iglesia Católica, que renueva su compromiso y voluntad de servicio para la edificación de la civilización y el amor.
Por su parte, el Jefe de la Nación reconoció el Pontificado de Francisco, el cual, dijo, llega en un momento importante para el mundo, por los grandes cambios que experimenta la humanidad, mismos que abren oportunidades, pero también provocan incertidumbre.
Admitió que a los Gobiernos les corresponde crear las condiciones para ofrecer oportunidades para todos; a la Iglesia Católica y a las otras Religiones del mundo, promover la esperanza, la solidaridad, y el amor; y a los ciudadanos, practicar y transmitir valores como el respeto, la tolerancia, y el entendimiento, los cuales permiten avanzar en Sociedad.
Previamente al evento, ambos personajes se tomaron la fotografía oficial y realizaron un recorrido por las instalaciones del Palacio Nacional.

El Huésped Distinguido de la Ciudad de México
Su Santidad recibió las Llaves de la Capital

Foto - Nota 3

Rebeca Ortega Camacho
Enviada Especial

CIUDAD DE MÉXICO- En su segundo día de actividades, y después de la Bienvenida Oficial que se le tributó en el Palacio Nacional, el Papa Francisco fue recibido por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien entregó la simbólica Llave de la Ciudad, una Medalla conmemorativa y un Pergamino en el que se le reconoce como Huésped de Honor.
Al concluir el encuentro con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el Jefe del Estado Vaticano recorrió la explanada del Zócalo, donde miles de personas se congregaron para ver al Sucesor de Pedro (hubo evidentes huecos o espacios vacíos porque previamente las Autoridades de Seguridad coparon los accesos e impidieron a mucha gente arribar al lugar). Minutos antes de las 11 de la mañana, el Jefe de Gobierno recibió en un pequeño templete, ubicado frente a la Catedral Metropolitana, a tan ilustre visitante.
Después de intercambiar algunas palabras, el Ejecutivo local otorgó al Sumo Pontífice las condecoraciones como muestra de la hospitalidad de los capitalinos. A su vez, el Papa agradeció la distinción y le entregó a su anfitrión una Medalla de plata conmemorativa de su Viaje Apostólico y se estrecharon las manos.

DETALLES DE LAS DISTINCIONES
La Llave de la Ciudad de México entregada al Obispo de Roma es de plata, de 280 gramos, y la Medalla fue acuñada en plata de 185 gramos; ambas, tienen grabado el Escudo de Armas de la CDMX, el nombre de Su Santidad y la fecha del acontecimiento. Y el pergamino se elaboró en papel artesanal; mide 34 centímetros de altura por 21.5 centímetros de ancho.
La Llave, Medalla y Pergamino para la Declaratoria de “Huésped Distinguido” se otorgan a Presidentes, Jefes de Estado y Ministros, como muestra de amistad.
Por su parte, la Medalla obsequiada por el Patriarca Universal de la Iglesia lleva grabado el Escudo Vaticano y, al otro lado, la República Mexicana con la imagen de la Virgen de Guadalupe y la leyenda: “Viaje Apostólico de Su Santidad Francisco a México”.
Luego de recibir tales insignias, el Papa se dirigió a la Catedral, donde sostuvo el Encuentro con los Obispos de nuestra Nación.

En diálogo abierto y afectuoso
El Obispo de Roma habló muy directo al Episcopado Mexicano

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Pbro. Ricardo González Moreno
Fotos: Diácono José Luis González
Santoscoy y Jorge Hernández Aguirre
Enviados Especiales

CIUDAD DE MÉXICO- Eran las 8.30 de la mañana del sábado 13 de febrero, cuando los autobuses que transportaban a los Obispos de la República arribaron a un costado de la Catedral Primada. Uno a uno fueron bajando y se dirigieron al interior, mientras el Coro de Infantes entonaba cánticos, acompañados por las notas del órgano tubular
Una vez instalados, rezaron la Hora Menor de Tercia. Los Salmos y cánticos se escucharon bellamente armonizados por el Coro Catedralicio de Infantes. Concluidas las plegarias, se ensayó la toma de la foto oficial, ante el Altar de los Reyes.
A través de las pantallas instaladas en el interior de la misma Catedral, los Prelados y los invitados especiales seguían atentos el recorrido del Papa Francisco y su comitiva, desde que salió de la Nunciatura Apostólica, su recorrido por las calles de la capital, la llegada al Zócalo, la recepción oficial como Jefe del Estado Vaticano en el Palacio Nacional, y el mensaje a las autoridades civiles.

Con el Colegio Episcopal
Al salir del Palacio Nacional, el Santo Padre abordó del papamóvil y cruzó el Zócalo saludando a los fieles ahí congregados, quienes llegaron desde muy tempranas horas de la mañana para poder cruzar los rigurosos filtros de seguridad dispuestos por el Estado Mayor Presidencial y las mismas autoridades civiles de la ciudad.
En la puerta del atrio de la Catedral le esperaba al Papa el Licenciado Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, para hacer entrega oficial de las simbólicas Llaves de la Ciudad y el Nombramiento de Visitante Distinguido.
Luego, el Cabildo de la Catedral Metropolitana lo recibió en la puerta. Ahí, con reverencia, el Pastor Universal de la Iglesia besó un crucifijo, y al momento de cruzar la puerta santa y estar frente al altar mayor, guardó varios minutos de silencio. Su rostro reflejaba tranquilidad y una profunda concentración. Sus ojos no dejaban de mirar al Cristo Negro, llamado también “Cristo del Veneno”.
Terminada su oración, se dirigió al fondo de la Catedral, ovacionado a su paso por los Arzobispos, Obispos y demás invitados que ahí le esperaban. Saludó con efusión a los Prelados que le quedaron cercanos en el pasillo interior y subió al presbiterio. Ahí, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, le dirigió un saludo de bienvenida. De igual manera, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, expresó unas palabras como Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

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MENSAJE A LOS OBISPOS
El Mensaje Papal fue extenso: seis cuartillas, llenas de un profundo deseo de llegar al corazón de sus Obispos. Conviene resaltar algunas frases de dicha alocución:
-“Sólo mirando a La Morenita, México se comprende por completo”.
-“Reclínense con delicadeza y respeto, sobre el alma profunda de su gente; desciendan con atención y descifren su misterioso rostro”.
-“Sean Obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso”.
-“No se dejen corromper por el materialismo trivial”.
-“Les ruego, por favor, no minusvalorar el desafío antiético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la sociedad mexicana”.
-“Los invito a cansarse sin miedo en la tarea de evangelizar y de profundizar la Fe”.
-“Sólo comenzando por las familias se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales se ahogan tantas vidas”.
-“El primer rostro que les suplico custodien en su corazón, es el de sus Sacerdotes. No los dejen expuestos a la sociedad y al abandono”.
-“Que nunca falte la paternidad de ustedes, Obispos, para con sus Sacerdotes. Animen la comunión entre ellos; hagan perfeccionar sus dones; intégrenlos en las grandes causas, porque el corazón del apóstol no fue hecho para las cosas pequeñas”.
-“Les ruego cuidar la formación y preparación de los Laicos”.
-“Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, se las dicen, pero como hombres, en la cara, y como hombres de Dios; que después vayan a rezar juntos, a discernir juntos, y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.
-“Refuercen la comunión con sus hermanos del Episcopado Estadunidense”.
Al final del Mensaje, recibió, de manos del Cardenal Rivera, un cáliz como recuerdo de su visita a la Catedral, así como una moneda de plata conmemorativa del evento. Pasó a la toma de la fotografía oficial, y él también hizo entrega de una caja con rosarios y estampas a cada uno de los Obispos presentes, incluyendo a Residenciales, Auxiliares y Eméritos.
Cabe anotar que llamó la atención la presencia de representantes de otros credos religiosos que también se acercaron a saludar al Romano Pontífice, así como la del Obispo Antonio Chedraoui Tannous, de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía.

Una filial devoción
Ante tiempos difíciles, a posar la mirada en María Madre de Misericordia, exhorta el Papa

Acompañar las vidas de nuestros prójimos y consolar sus lágrimas, fue su petición en El Tepeyac.

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Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Enviada Especial

CIUDAD DE MÉXICO- María es la mujer del “SÍ”, que quiso visitar esta tierra en la persona del indio San Juan Diego y que ha acompañado y acompaña la gestación de esta bendita Nación, expresó el Papa durante su homilía en la Basílica Nacional de Santa María de Guadalupe.
Así como se hizo presente al pequeño “Juancito”, sigue estando presente, especialmente para los más desprotegidos, que en ocasiones, como San Juan Diego, sienten que no valen nada.
En aquella madrugada de 1531 se producía un primer milagro: “En ese amanecer, Dios despertó y despierta la Esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras. En ese amanecer, Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente, pero resistente, de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder, o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos”.
Posteriormente, el Pastor Universal de la Iglesia se refirió al encargo de Juan Diego, de edificar un Santuario, y afirmó que la encomienda, hoy, es construir el santuario de nuestras familias, que necesitan los mínimos necesarios para poder construirse y levantarse.
“¡Son tantas las situaciones que nos quitan la fuerza, que nos hacen sentir que no hay espacio para la esperanza, para el cambio, para la transformación! Por eso, puede hacernos bien un poco de silencio y mirarla a Ella, mirarla mucho y calmamente… y escuchar, una vez más, que vuelve a decirnos:“¿Acaso no estoy yo aquí, yo que tengo el honor de ser tu Madre?”
“Nos da la certeza de que las lágrimas de los que sufren no son estériles. Son una oración silenciosa que sube hasta el Cielo. No te dejes vencer por tus dolores, tristezas, nos dice. Y vuelve a enviarnos para construir tantos nuevos santuarios compartiendo la alegría de saber que no estamos solos, que Ella va con nosotros”.
Finalmente, el Papa invitó a vivir las Obras de Misericordia.

Deseo cumplido
Oración ante La Morenita del Tepeyac

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Yara Martínez González
Enviada Especial

CIUDAD DE MÉXICO- Pueblo guadalupano por antonomasia, un país donde el 80 por ciento de sus habitantes profesa la Religión Católica. Hasta aquí llegó el Papa Francisco para orar ante la Santísima Virgen de Guadalupe en su Basílica Nacional. Su misión: traer un Mensaje de Misericordia y de Paz.
Fue el 13 de febrero cuando, desde las primeras horas del día, no sólo el interior del recinto lució lleno, sino también su anchuroso atrio y calles aledañas, donde por medio de pantallas colocadas estratégicamente, aquellos que no obtuvieron un pase, pudieron seguir de cerca la Santa Misa.
Congregados especialmente sobre la Calzada de Guadalupe, millares de fieles aguardaron pacientes el paso del Santo Padre. Algunos peregrinos, como Carolina Sánchez y Violeta Zamora, dos amigas, que al preguntarles, no pudieron ocultar su emoción por alcanzar la Bendición, dijeron, “Llegó a México para traer Esperanza en estos tiempos difíciles”.
También se encontraban Lupita y Ximena, madre e hija, quienes vendían accesorios con la imagen papal impresa en ellos. Lo mismo hacían Carlos y José, que desde las 5 de la mañana ya ofrecían platos decorados, “sólo por la cantidad de 50 pesos”.
Playeras, calendarios y fotografías se observaban alrededor de la valla, conformada por cientos de personas que llegaron desde la madrugada para apartar un lugar junto a la estructura de metal, siempre custodiada por la Policía y otros elementos del Estado Mayor Presidencial.
Ya en la tarde, la euforia sobrevino cuando el Vicario de Cristo abordó el vehículo que lo llevaría de regreso a la Nunciatura Apostólica; esta vez no fue un papamóvil. Tras el paso del convoy, lo que instantes antes lucía como una gran alfombra humana, iba quedándose vacío; solas también las grandes lonas con las imágenes que desde días antes pregonaban la bienvenida al máximo Jerarca de la Iglesia.

Segunda Misa multitudinaria
El Papa pidió no caer en la tentación

Más de 300 mil personas participaron de la Eucaristía presidida por el Sucesor de Pedro el domingo 14 de febrero en Ecatepec, Estado de México, la ciudad más poblada del país.

Misa en Ecatepec

Rebeca Ortega Camacho
Enviada Especial

Como Jesús en el desierto, los centenares de miles de fieles participantes en la Santa Misa sufrieron el frío de la noche y el calor de la mañana, pero ninguno flaqueo y todos estuvieron con piedad y gozo en la Celebración, encabezada por el Papa Francisco en el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec.
Fue trasladado el Romano Pontífice en helicóptero desde el Campo Militar Marte hasta Ecatepec, donde recorrió algunas de sus calles a bordo del papamóvil. Arribó al predio denominado “El Caracol”, ubicado en la Colonia Las Américas, cerca de las 11.30 horas.
En un escenario sobrio, con una gigante Cruz de fondo, la imagen de la Virgen de Guadalupe y bellas figuras de flores y pájaros de colores en el templete, el Vicario de Cristo fue recibido con cerrada y entusiasta ovación y muestras de cariño de los fieles, venidos de diferentes Estados de la República.

RIQUEZA, VANIDAD Y ORGULLO
Durante la homilía, el Predicador señaló: “Cuaresma, tiempo de conversión… Tres tentaciones de Cristo… Tres tentaciones del cristiano que intentan arruinar la Verdad a la que hemos sido llamados… Tres tentaciones que buscan degradar y degradarnos.
“La riqueza, adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o para los míos. La vanidad, esa búsqueda de prestigio, en base a descalificación continua y constante de los que ‘no son como uno’. El orgullo, ponernos en un plan de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la común vida de los mortales, y que reza todos los días: ‘Gracias, Señor, porque no soy como ellos’.
“Tres tentaciones que buscan degradar, destruir y sacar la alegría y la frescura del Evangelio, que nos encierran en un círculo de destrucción y de pecado. Sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder.
“Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo, nos invita a la conversión con una sola certeza: Él nos está esperando y quiere sanar nuestros corazones de todo lo que nos degrada. Su Nombre es nuestra riqueza, su Nombre es nuestra fama, su Nombre es nuestro Poder, y en su Nombre, una vez más volvemos a decir con el Salmo ‘Tú eres mi Dios, y en Ti confío’”, dijo el Papa, y pidió a los asistentes exclamar tres veces está oración.
Antes de finalizar la Celebración, el Obispo de la Diócesis de Ecatepec, Monseñor Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, dirigió unas palabras de agradecimiento al Pontífice por su presencia, y se prosiguió con el rezo del Ángelus.

LAMENTO Y ESTÍMULO
En su segunda intervención, el Romano Pontífice exhortó: “Quiero invitarlos nuevamente, en primera línea, a participar en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos, el oportunismo de pocos.
“Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de muerte. Esta tierra tiene sabor a Guadalupana, la que siempre se nos adelantó en el Amor”, concluyó el Pastor Universal, y los presentes se desbordaron en aplausos.
La Santa Misa fue concelebrada por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM); el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, y decenas de Obispos del país.

Ecatepec aclama a su Papa Francisco
Más de 300 mil personas le dieron la bienvenida

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Yara Martínez González
Enviada Especial

ECATEPEC DE MORELOS, EDOMEX- “Bienvenido, Misionero de Misericordia y Paz”, decía la leyenda colocada en varias mantas que adornaban el camino que recorrió el Santo Padre desde el helipuerto hasta el predio donde se ubica la Unidad de Estudios Superiores de Ecatepec, en el Estado de México.
Ahí lo recibieron más de 300 mil personas. En ellas no hizo mella el clima de la madrugada. Tres grados centígrados no fueron impedimento para aguardar, con orden, expectación y alegría, el Mensaje que Su Santidad tenía para ellos, como tampoco desanimó a quienes, desde las primeras horas del día, conformaron las vallas que resguardaron el paso del papamóvil.
Camisetas y bufandas se vendían al por mayor en las afueras del lugar. Adentro, las cobijas con la imagen del Papa fueron el acompañante perfecto para improvisar las camas en las que descansaron aquellos que llegaron desde las cuatro de la tarde de la víspera, el sábado 13 de febrero.
Sacerdotes, religiosas, jóvenes, niños, y familias enteras no cesaban de entonar cantos diversos, como “La Guadalupana”, símbolo del amor que el Vicario de Cristo y el pueblo mexicano le profesan a La Morenita del Tepeyac.
Aves y flores de colores, configuradas a base de aserrín y piedras adornaban el gran templete sobre el cual se colocó el Altar, confeccionado de madera, desde el cual Francisco encabezó la Eucaristía. A un lado, un gran cuadro con el ícono de la Virgen de Guadalupe.
Varios Obispos mexicanos hicieron acto de presencia y concelebraron la Santa Misa con el Papa, entre ellos, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, y el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Alegría y Esperanza dejó a su paso el Romano Pontífice. Su imagen bondadosa quedó impregnada en la mirada de los mexiquenses, y sus palabras en el corazón del pueblo mexicano que acogió a su máximo líder espiritual.

Incontenible algarabía en tierras tarascas

Misa 1

Pbro. Germán Orozco Mora

Más de cinco mil Sacerdotes, miles de Seminaristas y millares de Religiosos de todos los rincones de la República asistieron a la Misa con el Papa Francisco en el Estadio “Venustiano Carranza”, de Morelia, en su Encuentro para la Vida Consagrada, con participación de casi cien Prelados, entre Cardenales, Arzobispos y Obispos de la Iglesia Católica en México.
Desde las 3 de la mañana del martes 16 de febrero, cientos de miles de personas durmieron o velaron para ver de cerca al primer Pontífice latinoamericano. Los michoacanos son buenísimos anfitriones y, una vez más, han expresado aquella hospitalidad aprendida siglos hace, de su primer Obispo, Don Vasco de Quiroga. El Papa Bergoglio se refirió al inolvidable “Tata Vasco” que entregó su vida por los derechos de los indígenas. En la Misa, el Santo Padre utilizó dos elementos: el báculo (bastón) y el cáliz, que fue pedido al Cardenal Arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, pues se trata de una reliquia que perteneció al mismo Obispo Vasco, al que el Papa admiró diciendo de él: “Tata, Padre, Papá, Protector”. Y es que eso fue Don Vasco para los michoacanos. De origen vasco, como se sabe, fue ordenado Presbítero a los 68 años de edad, y falleció a los 95 años.
Los michoacanos sorprendieron al mundo con la organización de todos los eventos ahí realizados. Se pulieron teniendo presente que es la primera vez que un Papa les acompaña, tras casi 500 años de Evangelización de Misioneros Agustinos, Franciscanos, Dominicos, Carmelitas.
Cabe señalar que el Romano Pontífice inició la Santa Misa, evocando la figura del recién fallecido Arzobispo Emérito de Hermosillo, Sonora, Don Carlos Quintero Arce, originario de Etzatlán, Jalisco, quien murió el lunes 15 de febrero en la capital sonorense.

Tierras meritorias

Misa 2

Pbro. Germán Orozco Mora

Los michoacanos están de fiesta porque, por primera vez, un Sumo Pontífice visitó Morelia. Y es que, en seis ocasiones anteriores de viajes papales a nuestra Nación (cinco de Juan Pablo II y una de Benedicto XVI) nunca antes un Vicario de Cristo había pisado tierras purépechas. El Papa Francisco ha distinguido a esa Iglesia local en la persona del Cardenal Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia y décimoprimer mexicano de la Historia en vestir la púrpura cardenalicia; un reconocimiento a este bastión del catolicismo mundial.
Aquí han nacido decenas de Obispos y Arzobispos mexicanos, miles de Sacerdotes y Religiosos que han misionado por el mundo. Don Vasco de Quiroga aquí fue ordenado Sacerdote a la edad de 68 años, y murió a los 95. Una vida fecunda, presente hoy en lugares como Quiroga, Zamora, Morelia, Zitácuaro, Pátzcuaro… Lo que el Padre Eusebio Francisco Kino es para Sonora y Arizona, lo es, asimismo, Tata Vasco para la región purépecha. Ahí perduran las huellas de este Misionero de la Misericordia. Y los morelianos y gente de la región están contentos porque, después de 500 años de Evangelización, llega Francisco a quien reciben así: “Michoacán te recibe con el alma llena de Esperanza”.

Visita al Hospital Infantil “Federico Gómez”
El Papa de la “cariñoterapia”

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Carlos García Gutiérrez

El Papa Francisco, en el tercer día de actividades de su Primer Viaje Apostólico a México, incluyó una visita a niños enfermos en el Hospital Pediátrico “Federico Gómez”, que también el Papa Juan Pablo II, ahora Santo, visitó en 1979.
Sonriente, ingresó al nosocomio, acompañado por la Primera Dama del país, Angélica Rivera de Peña, llenando de admiración y cariño a niños internos y a sus familiares. El Pontífice se dio tiempo para abrazar y bendecir a varios pequeños, que lo esperaban con muestras de alegría y con algunos dibujos para Su Santidad.
Destacó, en su discurso, la importancia de la “cariñoterapia”, explicando cómo una caricia ayuda tanto a recuperarse. También invitó a los chicos a imitar al viejo Simeón del pasaje bíblico de la Presentación de Jesús en el Templo, el cual, al ver al Mesías pequeñito, lo tomó en brazos y empezó a bendecir a Dios, el Papa comentó “el viejo Simeón nos enseña esas dos actitudes fundamentales de la vida: agradecer y, a la vez, bendecir”.
De los momentos más emotivos de este encuentro fue en el que Alexia Garduño, de 15 años, quien padece osteosarcoma, un cáncer óseo, cantó el conocido “Ave, María”, de Schubert, conmoviendo al Vicario de Cristo y a los presentes. Al finalizar la interpretación, Francisco le dio un beso y le dedicó unas cariñosas palabras.

Cercanía a comunidades autóctonas
Que la desvalorización sea superada por la fraternidad

Ante los pueblos indígenas, el Vicario de Cristo llamó a la solidaridad y la paz. También hizo un fuerte llamado a respetar y proteger el Medio Ambiente.

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Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Enviada Especial

SAN CRISTÓBAL LAS CASAS, CHIAPAS- Al grito de “Francisco, tu presencia despierta la conciencia”, se inició la Celebración Eucarística que el Papa Francisco presidió el lunes 15 de febrero en San Cristóbal las Casas, y que congregó a cerca de 7 mil representantes de las etnias indígenas de la región y a más de 100 mil fieles católicos que se reunieron para escuchar al Santo Padre durante el cuarto día de su estancia en México.
La Celebración dio paso a fragmentos en las diferentes lenguas indígenas y fue traducida a por lo menos una de ellas.
Durante su intervención, el Obispo de Roma definió que “la Ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma”. Se refirió a la Ley del Pueblo de Israel recibida de manos de Moisés, una Ley que ayudaría al Pueblo a vivir en la libertad a la que habían sido llamados después de experimentar la esclavitud y el despotismo del Faraón. “’¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia’ y así se manifiesta el Rostro de nuestro Dios, el Rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su Ley, se volvía símbolo de libertad, de alegría, sabiduría y luz. Experiencia, realidad que encuentra eco en esa expresión que hace de la sabiduría acunada en estas tierras desde tiempos lejanos, y que reza en el Popol Vuh de la siguiente manera: ‘El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la Tierra fue enseguida saneada por el Sol’. El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la Historia.
“En esta expresión hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a Tierra Prometida, donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”.

“En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.

El clamor de nuestra Casa Común
Posteriormente, el Papa volvió a levantar la voz en pro de la protección de la Tierra, como ha hecho en ocasiones anteriores:
“De muchas formas se ha querido silenciar y callar ese anhelo; de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma; de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles. Frente a estas formas, la Creación también sabe levantar su voz: «esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados está nuestra oprimida y devastada Tierra, que “gime y sufre dolores de parto” (Rm 8,22)» (Laudato si’, 2).
“El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos (Cf. Laudato si’,14) y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la Historia”.

Pueblos custodios de la Tierra
“En esto ustedes tienen mucho que enseñarnos. Sus pueblos que, como han reconocido los Obispos de América Latina, saben relacionarse armónicamente con la Naturaleza, a la que respetan como «fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano» (Aparecida, 472).
“Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la Sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el Poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminan. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita.
“Los jóvenes de hoy, expuestos a una cultura que intenta suprimir todas las riquezas y características culturales en pos de un mundo homogéneo, necesitan que no se pierda la sabiduría de sus ancianos”, pidió el Romano Pontífice.
Durante la Celebración se le entregó la colecta que se hizo con motivo del Año de la Misericordia, y cuyos fondos se utilizarán en la construcción de dos albergues para migrantes.

La Visita Papal superó las expectativas

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Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Enviada Especial

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS- Casi 110 mil (109,199) personas se congregaron en el Estadio Víctor Manuel Reyna y sus accesos y contornos inmediatos para el Encuentro del Papa Francisco con las Familias de México.
Al finalizar el evento, en Rueda de Prensa, el Padre Víctor Giovanni Velazco Domínguez agradeció a los Medios de Comunicación el apoyo. Luego afirmó que, tan sólo en vallas, se anotaron como voluntarios 118 mil jóvenes que estuvieron custodiando el paso del Papa por la capital chiapaneca.
En el Encuentro con las Familias se hicieron presentes el Gobernador del Estado, Manuel Velazco Coello y su esposa, la cantante y actriz Anahí.
El Padre Víctor Giovanni aseguró que se superaron las expectativas de la Visita del Santo Padre, pues a pesar del clima, en ese día de 33 grados centígrados y con el sol cayendo a plomo, y no obstante que algunas personas fueron atendidas por insolación e incluso se les colocó oxígeno, la muchedumbre, en general, se mantuvo entusiasta para recibir al Vicario de Cristo, quien provocó lágrimas con su Mensaje, pero también ovaciones y sonrisas.
A la llegada del esperado visitante, la gente recobró el ánimo y después salió muy esperanzada.

Para combatir la precariedad y el aislamiento
Urgen familias sólidas, pero también legislaciones justas

Durante el Encuentro de las Familias con el Papa Francisco en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, ante más de 100 mil fieles atentos a su palabra, pidió conjugar el amor y que el sueño llamado familia no se pierda.

Dulce Natalia Romero Cruz
Enviada Especial

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS- El Estadio “Víctor Manuel Reyna”, recinto del Equipo de Futbol Jaguares, lució abarrotado completamente en su aforo, además de decenas de miles de personas en las afueras, que esperaban ansiosas el Mensaje del Vicario de Cristo, que arribó al lugar a las 15.50 horas del lunes 15 de febrero en helicóptero, y donde sostuvo el Encuentro de Familias.
Comenzó, el evento, con el Mensaje del Arzobispo de Tuxtla, Monseñor Fabio Martínez Castilla, diciéndole lo contento del pueblo por recibirlo: “Gracias por venir a confirmarnos en la Fe, alentarnos en la Esperanza y a impulsarnos en el amor familiar. Somos familias que soñamos con construir un México más justo, fraterno y solidario; con romper la indiferencia ante las familias que sufren injusticias. Queremos ser misericordiosos como el Padre, desde el seno del hogar. Queremos ser fieles a nuestra Misión, más allá de los ataques de la Sociedad, y queremos Gobernantes y Legisladores que defiendan la Vida, la Familia, el Bien Común y la Casa Común.
“Papa Francisco, nuestro Pastor con olor a Cristo. Contigo, somos familia, y contigo somos Iglesia. Tu visita nos lanza a un compromiso: ¿qué quiere Dios de nosotros con tu visita? Por eso te pedimos que nos hables acerca de los sueños del Padre sobre la familia”.

Diversas situaciones actuales
Acto seguido, Mons. Francisco Javier Chavolla Ramos, Obispo de Toluca y Responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral Familiar, presentó a cuatro familias en situaciones diversas, que dirigieron un mensaje a Su Santidad.
Primero tomó el micrófono Manuel Alejandro, de la Familia Morales Montoya, de 14 años de edad, y que padece distrofia muscular. También estuvo ante el Pontífice una pareja de divorciados vueltos a casar; un matrimonio con 50 años de casados, y Beatriz, una madre soltera.
En respuesta, el Pastor Universal de la Iglesia agradeció estar en esta tierra chiapaneca: “Es bueno estar en este suelo, en este lugar que tiene sabor a familia, a hogar”.
A Manuel, el niño de 14 años, le dijo: “Gracias por tu testimonio, y especialmente por tu ejemplo. Me gustó la expresión que usaste, ‘echarle ganas’. Comenzaste a echarle ganas a la vida, a tu familia, con tus amigos, y nos has echado ganas a nosotros aquí reunidos.
“Me pediste, Manuel, que rece por los adolescentes que están desanimados y en malos pasos. Y eso me recordó el testimonio de Beatriz, quien dice que la vida siempre ha sido difícil, por la precariedad y la soledad. La precariedad no sólo amenaza al estómago, sino que puede ser una muy peligrosa amenaza para el alma, que nace de la soledad y el aislamiento. Ambos usaron la misma expresión, sin darse cuenta, de cuando nos enfrentamos a encontrarnos solos y no echarle ganas”.

La responsabilidad de la Sociedad
Además, aseguró que, a fin de combatir la precariedad y el aislamiento, también se necesita tener legislaciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y cada persona puedan desarrollarse por medio del estudio y el trabajo digno, si bien es igualmente fundamental el compromiso personal con Dios.
Finalmente, al renovar los votos matrimoniales, pidió a los padres tener tiempo para sus hijos y escucharlos; a los matrimonios les requirió que se renueven todos los días, “porque el amor verdadero dura para toda la vida. Los casados, renueven sus votos matrimoniales; y los que son novios, pidan la Gracia de una familia fiel y llena de amor”.

Júbilo y recogimiento
La Misa en Morelia, invitación a la oración

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Texto y Fotos:
Diácono José Luis González Santoscoy
Enviado Especial

MORELIA, MICHOACÁN- El martes 16 de febrero, el Papa Francisco celebró una emotiva Eucaristía con más de 20,000 personas, entre las cuales se encontraban Obispos, Sacerdotes, Religiosos, Religiosas, Consagrados y Seminaristas. Dicha Celebración tuvo lugar en el Estadio “Venustiano Carranza”, de la ciudad de Morelia, Michoacán.
La llegada de todos los asistentes comenzó a primeras horas de la madrugada. Era tanta la emoción y la alegría del encuentro que se tendría con el Vicario de Cristo, que el frío y la desvelada no cobraron efecto. En punto de las 9 de la mañana, todo el recinto guardó silencio para escuchar el repique de campanas de la Catedral y de todas las iglesias morelianas, como signo de bienvenida al Santo Padre, que estaba arribando al Aeropuerto Internacional de esa Ciudad.

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El ambiente preparatorio
Previamente a su llegada al Estadio, la música, las porras y los vivas se dejaron sentir con mucha fuerza, al tiempo que un grupo de Religiosos y Seminaristas estuvieron ambientando el lugar. Un grupo nutrido de Religiosos gritaba con alegría: “Los pobres de Cristo somos de Francisco”. Cabe señalar que en la Santa Misa estuvo presente el ex Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, oriundo de tierras michoacanas, junto con su esposa Margarita Zavala. Pocos minutos después de las 10, el Obispo de Roma llegaba al Estadio en un pequeño carro descubierto, señalado con el Escudo del Vaticano. Todos los asistentes prorrumpieron en gritos, júbilo y porras, tratando de robar, del Santo Padre, una sonrisa, el posar para una fotografía o un bonito recuerdo.

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Predicación sencilla y directa
En la Misa, Su Santidad utilizó el báculo y el cáliz del primer Obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga, bien conocido como “Tata Vasco”. Durante la homilía, recordó, a todos los presentes, el valor de la vida de oración, e invitó a reconocer a Dios como Padre. Inició su reflexión citando un dicho que dice así: “Dime cómo rezas y te diré cómo vives; dime cómo vives y te diré cómo rezas”. Además, advirtió que “la escuela de la oración es la escuela de la vida, y en la escuela de la vida es donde vamos haciendo la escuela de la oración.
“La oración da sentido y sostiene la vocación del Consagrado; por ello, todos deben participar de la vida divina, para no caer en la tentación de sentirse funcionarios de lo divino”. Argumentó que “no somos ni queremos ser nunca empleados de Dios, porque somos invitados a participar de su Vida, somos invitados a introducirnos en su Corazón”.
Alertó de estar atentos a las tentaciones actuales de quienes se consagran a Dios. Éstas pueden llegar a asediar al hombre de tal manera que caigan en la resignación, una de las armas preferidas del Demonio: “Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer caminar”. La gravedad de esta tentación está en que impide tomar riesgos e intentar transformar la realidad.
Al mismo tiempo, advertía que un remedio para esta tentación es hacer uso de nuestra memoria. Darnos cuenta de quién es el qutor de nuestra qistoria y cuál es el propósito que él tiene para nuestra vida. “Nunca olvidemos nuestras raíces, porque cuando caemos en la tentación de la pérdida de la memoria, llegaremos a la indiferencia ante el dolor ajeno y nos quedaremos instalados en nuestras zonas de confort”.
Terminó recordando cómo el primer Obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga, ha sido un ejemplo de Evangelizador, quien supo transformar la realidad de los indígenas haciéndose uno de ellos, ya que “el dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración, y la oración se hizo respuesta”.
Al final de la Santa Eucaristía, Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo de Chilpancingo-Chilapa, del Estado de Guerrero, agradeció al máximo Jerarca de la Iglesia su visita y sus palabras de ánimo para continuar siempre en la alegría del Evangelio e ir a predicar en las periferias existenciales de los hombres.

El colorido purépecha
Francisco le da vida al hangar, en Morelia

Bailables y tonos de todas las regiones de este magnífico y multifacético mosaico de culturas y tradiciones michoacanas.

Bienvenida a Morelia

AGM-SIAG
Morelia, Michoacán

Las gradas que colocaron para que las ocuparan las personas que iban a recibir al Papa Francisco se fueron llenando poco a poco; la mayoría, de las que se suele llamar “gente bien”. Así se giraron los boletos de acceso para este momento. Pocas personas de clase media, y los más pobres fueron los que amenizaron el encuentro, los que más emocionaron y se emocionaron con sus bailes, con su música, con sus voces, con sus coloridos atuendos, con su gracia, con su disposición, con su desvelada de toda la noche, llegados de todos los rincones del Estado.
Caras “bonitas”, perfumes caros, ojos de color, bien vestidos, lujosos atuendos. Y los Diputados, que nunca faltan a estos momentos, aunque luego voten a favor del aborto y de otras aberraciones, también estaban presentes. Es más, se hacían distinguir con un vistoso pin, colocado en la solapa de sus sacos de marca.
Pero el ambiente, eso sí, de euforia para todos. Bailables y tonos de todas las regiones de este magnífico y multifacético mosaico de culturas y tradiciones michoacanas, daban el toque popular, que posteriormente el Papa, a su llegada y saludo, no quiso pasar disimulado y lo reconoció con mucho entusiasmo. Sin duda, hubiera querido verlos danzar desde las 7 de la mañana, hora en que inició la fiesta multicolor.
Con ellos, con los representantes de los pueblos indígenas, se paró intencionalmente, fuera de protocolo, platicó con ellos, los besó, los tocó, abrazó a los niños, les preguntó.
A Morelia llegó el Papa, verdaderamente, “de la Misericordia”, cuyos contenidos no son la estrategia, sino que dejan paso a los signos, no superficiales, eventuales o estrenados con su Pontificado. Sus signos ahora son más visibles, pero desde hace muchos años, desde Argentina, lo acompañan. Con ellos se ha acercado a creyentes y ha cautivado a no creyentes.
El ánimo fue subiendo más, cada vez más, incontenible, casi inefable. El sol, no tanto, pues no alcanzaba a mitigar con su poderosa fuerza el frío que todavía se sentía. Esto no importó; era pasajero. Fue una sabia combinación que la Providencia nos concedió este martes 16 de febrero, penúltimo día de la estancia de Francisco, que había llegado al Papado venido del lejano Sur, como él mismo lo dijo cuando fue electo Pontífice.
El avión aterrizó a las 8.30 am, y descendió el Papa a las 8.40. La tierra michoacana empezaba a escribir una fecha histórica, posiblemente irrepetible. Los saludos protocolarios no faltaron, pero nunca llegan a ser sustanciales; por lo menos no tanto como es la vivencia que se alcanza entre el Santo Padre y los fieles.
La acogida fue maravillosa aquí, en Morelia, como lo ha sido ordinariamente en cada sede que ha visitado. Y apenas comenzaba la jornada. Vendrían dos momentos tan importantes como trascendentes, con los consagrados y con los jóvenes. Si estos grupos no son protagonistas y agentes de cambio, que no se resignen a dejar las cosas como están, sobre todo si están mal. No podemos darle al futuro el nombre de Esperanza.

Encuentro con niños, en la Catedral
La presencia del Papa tocó el corazón de cientos de infantes

Encuentro con ninnos

Rebeca Ortega Camacho
Enviada Especial

MORELIA, MICHOACÁN- El martes 16 de febrero, en su primera visita al Estado de Michoacán, el Papa Francisco dedicó unos minutos a la niñez de Morelia. 600 pequeños, provenientes de Parroquias locales y foráneas, fueron los afortunados de vivir una gran experiencia a su corta edad.
Minutos después de las 15 horas, arribó el Papa a la Catedral moreliana, un recinto de gran belleza y esplendor. Con porras, aplausos y gritos de emoción, los asistentes lo recibieron. Jimena Guadalupe Magallón Gálvez, la niña benefactora del milagro realizado por intercesión del próximo Santo, José Sánchez del Río, fue la encomendada para regalar un arreglo floral al Pontífice.
Acompañado por el Cardenal Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, el Sucesor de Pedro dirigió unas palabras a los niños: “Sé que vienen de todas las Parroquias de la Ciudad y de algunos Colegios; muchas gracias por la visita.
“Le voy a pedir a Jesús que los haga crecer con mucho amor, como tenía Él, y mucho amor para ser cristianos en serio, para cumplir el Mandamiento que Dios nos dio: amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como Jesús nos amó. Le vamos a pedir a la Virgen que nos cuide, que nos bendiga, sobre todo a cada uno de ustedes.
“Ahora piensen, en su corazón, en la familia que tienen, en los amigos; y, si están peleados con alguno, también piensen en él. También vamos a pedirle para que la Virgen los cuide, porque la vida no es linda con enemigos, y el que hace los verdaderos amigos es Dios en nuestro corazón.
“En silencio, pensemos en la familia, en nuestros amigos y en aquellos con los que estamos peleados, para que Dios los bendiga, y por todas las personas que nos ayudan, las Monjas, los Curas, los Profesores, todos los que están ayudándonos a crecer. Y una bendición especial a papá, mamá y los abuelos. Silencio, cerramos los ojos y pedimos a la Virgen”, exhortó el Santo Padre. A continuación se rezó un “Ave, María”, dio la bendición y les pidió a los infantes que rezaran por él.
Finalmente, caminó por el pasillo central del recinto y saludó a todos los niños presentes, entre ellos algunos con discapacidad y enfermos. Emocionados y sin palabras se quedaron los pequeños, que con lágrimas expresaron su sentir: “Mucha alegría”, dijo Adán García Borja, de Apatzingán. “Sentí bonito, como si tocara a alguien que es muy especial y muy grande”, señaló Ester Fátima Ávalos.
Al exterior de la Catedral, el Papa Francisco escuchó un canto interpretado por el Coro “Suma de voluntades”. Luego el Alcalde de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, le entregó las simbólicas Llaves de la Ciudad, elaboradas por el artesano Mauricio Martínez Tavera, de Capula, Michoacán.

Sensibilidad papal
Ustedes son la riqueza de su país: Francisco a los jóvenes

Ante más de 300 mil almas reunidas en el Estadio José María Morelos y Pavón, el Papa Francisco invitó a los asistentes a agarrarse de la mano de Jesucristo para vencer las ambiciones mezquinas, que sólo buscan hacerlos sentirse inútiles.

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Yara Martínez González
Enviada Especial

MORELIA, MICHOACÁN- Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar la destrucción y muerte, aseveró el Santo Padre durante su encuentro con más de 300 mil jóvenes que se dieron cita en el Estadio José María Morelos y Pavón el martes 16 de febrero.
Ahí, el Vicario de Cristo reiteró lo que días antes había dicho durante su discurso en el Palacio Nacional, al reunirse con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto: “México tiene rostro joven”, y señaló que ellos son la riqueza de nuestro país, misma que hay que transformarla en Esperanza, y que en muchas ocasiones se ve amenazada.
“La principal amenaza a la Esperanza son los discursos que te desvalorizan, te van como chupando el valor, y terminas como caído…La principal amenaza a la Esperanza es cuando sentís que no le importás a nadie o que estás dejado de lado… También hay otra principal amenaza a la Esperanza (la esperanza de que esa riqueza que son ustedes crezca y dé su fruto), y es hacerte creer que empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando te volvés prestigio importante por tener dinero, pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor”.
Tras escuchar a cuatro jóvenes, el Sumo Pontífice señaló que es difícil sentirse la riqueza de un pueblo cuando se ha perdido a familiares y amigos en manos del narcotráfico, las drogas, las organizaciones criminales, y cuando no se tienen oportunidades de estudio ni de un trabajo digno.
“Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los usa para fines mezquinos, seduciéndolos con promesas que, al final, no son reales, son pompas de jabón. La riqueza la llevan adentro, la Esperanza la llevan adentro… Es también de la mano de Jesús, de Jesucristo el Señor, como podemos decir que es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es la pobreza, la marginación; en la marginación de oportunidades, en la marginación de espacios, en la marginación de la capacitación y educación, en la marginación de la Esperanza. Es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles o meros mercenarios de ambiciones ajenas”.
También destacó a la familia por su papel fundamental para la construcción de nuestro país, ya que en ella se siembran los valores de una gran Nación.

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GUADALAJARA, PRESENTE
Mientras el Papa Francisco sostenía su Encuentro con los jóvenes mexicanos en la Ciudad de Morelia, la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Guadalajara llevó a cabo, de manera simultánea, el evento denominado “Misionero de Humildad”.
Entre música y un ambiente festivo, varios cientos de jóvenes se reunieron en la Plaza Cívica “Las Américas-Juan Pablo II”, en el Centro de Zapopan, para seguir, a través de pantallas, el Mensaje del Romano Pontífice, el cual comenzó con una alusión a la juventud tapatía. “Quiero enviar un saludo y una bendición a los jóvenes que en la Arquidiócesis de Guadalajara están reunidos en la Plaza San Juan Pablo II siguiendo lo que está pasando aquí, y como ellos, tantos otros… pero mandaron avisar que eran miles, miles ya reunidos escuchando (en varias partes del país). Así que somos dos estadios: la Plaza San Juan Pablo II, de Guadalajara, y nosotros aquí”.

UNA FIESTA MULTICOLOR
Michoacán lo recibió con los brazos abiertos. Fue la primera visita de un Pontífice a este Estado.
El Pastor Universal de la Iglesia llegó a Morelia, y ahí, se reunió con jóvenes de todo el país. El encuentro, una fiesta de múltiples colores, donde las Pirecuas resonaron con su bella y original musicalidad entre los asistentes, y los colores de la mariposa monarca se impregnaron en los ojos de aquellos que se encontraban envueltos en la algarabía de lo que sucedía en el escenario. Minutos antes, la Danza de los Viejitos puso a bailar a más de uno, que, sorprendido, fue testigo de la riqueza cultural de un pueblo que ha sido severamente castigado por la violencia y el narcotráfico.

Sentidas “Golondrinas”
Adiós capitalino al inolvidable huésped

Nota 1

Gisel Iridia Ceja Juárez

CIUDAD DE MÉXICO- La Capital de la República se despertó desde temprano en la madrugada del miércoles 17 de febrero para despedir al Papa Francisco, quien para cerrar su Primera Visita Apostólica a nuestro país partió con rumbo al Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” al filo de las 8 de la mañana. Y, aunque su destino en ese momento era Ciudad Juárez, Chihuahua, y no Roma, no se hicieron esperar las lágrimas de quienes le esperaban, y gritaban a coro: “Francisco, hermano, ya eres mexicano”, y ”Agua, limón y papaya, que el Papa no se vaya”, en las afueras de la Nunciatura Apostólica.
Fue una despedida breve, pero cálida. A las 7.40 se escucharon los acordes de un mariachi al interior de la residencia diplomática vaticana (donde cinco veces pernoctó Su Santidad), pues algunos músicos y un cantante le esperaban para ofrecer un regalo musical de despedida. Minutos más tarde, al compás de Las golondrinas, salió el Sumo Pontífice, quien, contrariamente a lo esperado, no se dirigió verbalmente a la multitud de fieles que lo aguardaban desde horas antes. Sin embargo, se acercó a un grupo de personas enfermas que deseaban su bendición; mientras tanto, la comitiva que le acompañaba repartió rosarios y estampitas alusivas a su visita.
De esta manera comenzó el adiós del Vicario de Cristo a la Ciudad de México. A las 7.52, abordó el “papamóvil”, vehículo desde donde impartió la bendición a todos los presentes, quienes con sonrisas llorosas, exclamaron: “No es un adiós, sino un hasta luego; ¡vuelve pronto!”

El día esperado llegó para Ciudad Juárez

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CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA- Un Coro de Niños de diferentes Estados de la República comenzó a cantar “Francisco es”, Himno de la Diócesis de Ciudad Juárez para la Visita del Papa, al mismo tiempo que el avión de Aeroméxico, con la leyenda “Misionero de Paz” y el sello del Vaticano, llegaba al Aeropuerto Internacional “Abraham González”, en el Municipio de Juárez, Chihuahua, a las 11.10 de la mañana del miércoles 17 de febrero.
Una comitiva ya lo esperaba al pie de la escalinata para darle la bienvenida, y una vez que Su Santidad bajó del avión, cada uno de ellos le saludó y le dijo algunas palabras, mientras el Papa les escuchaba atentamente y siempre con una sonrisa.
Entre los miembros de la comitiva se encontraba el Lic. César Duarte Jáquez, Gobernador del Estado de Chihuahua; la Diputada Mayra Díaz Guerra, Presidenta del Congreso del Estado; el Lic. Javier Sepúlveda Reyes, Presidente del Tribunal Supremo de Justicia; el Lic. Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía; Monseñor José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez, y algunos otros Obispos de las Zonas Eclesiásticas colindantes de Texas y Chihuahua, al igual que un pequeño grupo de niños.

Un huésped distinguido
Acto seguido, se le regaló un jarrón elaborado por los Artesanos de la Región de Nuevo Casas Grandes y se le hizo entrega de las simbólicas Llaves de la Ciudad, a cargo del Presidente Municipal de Ciudad Juárez, Javier González Mocken, miembro también de la comitiva de bienvenida.
En todo momento el Coro de Niños entonaba varias canciones, mientras el público, que desde horas antes esperaba a Su Santidad, gritaba su nombre y distintas porras.
El Papa subió al papamóvil y desde ahí comenzó a saludar a los feligreses. Sin embargo, al poco tiempo pidió al conductor que se detuviera para poder interactuar con varios niños enfermos. Después de unos momentos, volvió a ascender al vehículo para dirigirse al Centro de Readaptación Social Estatal Número 3 (PFM).

Alegría y gratitud por su presencia

Nota 3

Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Enviada Especial

CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA- Por la tarde, al término de la Celebración Eucarística en esta urbe, el Obispo de esta demarcación eclesiástica agradeció la visita del Santo Padre y le platicó acerca de la realidad de esa Iglesia local:
“En años recientes, hemos vivido acontecimientos realmente difíciles, que han dejado heridas en muchas familias de la comunidad.
“Los niños, los hombres y las mujeres de esta tierra y de gran parte de nuestra Nación hemos sentido en carne propia las consecuencias de una violencia y una ambición desmedidas.
“El solo anuncio de su visita nos llenó de Esperanza; usted nos ha mirado con ternura, se ha interesado por nosotros. Hoy, con su presencia paternal, nos sentimos muy bendecidos y acompañados por Cristo, el Buen Samaritano que se ha detenido a consolar y aliviar a su pueblo, que ha quedado maltrecho, herido en el camino de la vida.
“Su Mensaje llega a los hermanos y hermanas migrantes aquí presentes y a muchos más que nos acompañan del otro lado del Río Bravo, en el vecino país, Estados Unidos de Norteamérica.
“Llega a término su Viaje Apostólico a México, y estoy seguro, Santo Padre, que ha podido encontrar un pueblo de gran Fe y fortaleza admirables.
“Muchos niños y jóvenes, mujeres y hombres por igual, se entregan cotidianamente a la tarea de la Evangelización. Su ejemplo de vida y su Mensaje nos reaniman y llenan de entusiasmo para, aun en medio de las adversidades, seguir viviendo y proclamando la alegría del Evangelio.
“Gracias por esta entrañable visita, por el gozo que ha traído a nuestra Patria, a la Iglesia en México, a Ciudad Juárez. Que su viaje de regreso a Roma sea tranquilo. Lo acompañan la bendición de nuestra Madre Santísima de Guadalupe y el amor de los mexicanos”.

Encuentro del Vicario de Cristo con el mundo del trabajo y la cultura
La mejor inversión es crear oportunidades

En su último día en México, Su Santidad Francisco reservó un momento para encontrarse con empresarios y recordarles la responsabilidad que tienen de trabajar por un país renovado y con mejores condiciones laborales.

Mundo del Trabajo 2

Dulce Natalia Romero Cruz
Enviada Especial

CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA- En el Encuentro con el Mundo del Trabajo y la Cultura, que se llevó a cabo el miércoles 17 de febrero en el Colegio de Bachilleres, el Santo Padre se reunió con 3 mil 500 personas, entre ellas: empresarios, 400 trabajadores de maquiladoras, y artistas plásticos.
Durante su Mensaje el Papa Francisco afirmó que su paso por Ciudad Juárez fue pensando en la especial relación que tiene con el mundo del trabajo, y agradeció los momentos que le han brindado de intercambio y reflexión, de diálogo, porque es “la única manera que tendremos de ir construyendo el mañana, de ir tejiendo relaciones sostenibles capaces de generar el andamiaje necesario para reconstruir los vínculos sociales, tan dañados por la falta de comunicación”.

Otra vez, presentes los jóvenes
Sobre forjar un mejor futuro para los hijos que nuestro país merece, les pidió a los presentes, representantes de Cámaras y de gremios empresariales, que “busquen generar espacios de trabajo digno y verdaderamente útil para la Sociedad, especialmente para los jóvenes. Uno de los flagelos más grandes a los que se ven expuestos los muchachos es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo sostenible y redituable, que les permita proyectarse, generando pobreza”. Aseguró que la pobreza es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia.

No hay que deshumanizar el trabajo
Sobre los tiempos que vivimos, que han impuesto el modelo del descarte, comentó: “No sólo provoca la pérdida de la dimensión ética de las empresas, sino que olvida que la mejor inversión es la que se hace en las personas y en sus familias. La mejor inversión es crear oportunidades. Se ha puesto el flujo de las personas al servicio del flujo de capitales, provocando la explotación de los empleados como si fueran objetos de usar y tirar”.
Para finalizar, dijo que todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sirva para construir una mejor ciudadanía.
Durante este Encuentro se le hicieron algunos regalos, por ejemplo unas rosas de acero, de la Asociación Acerera de Monterrey, N.L., que representan las cinco Eucaristías que el Obispo de Roma presidió en nuestro país. En el evento lo acompañaron el Obispo de Ciudad Juárez, Mons. José Guadalupe Torres Campos, y Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, Obispo Auxiliar de Monterrey. También estuvieron presentes los Cardenales Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, y José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Las cárceles son el reflejo de nuestra Sociedad

Dulce Natalia Romero Cruz
Enviada Especial

Dentro de su gira por la ciudad fronteriza de Juárez, el máximo Jerarca de la Iglesia Católica quiso encontrarse con los presos del Centro de Readaptación Social (Cereso) Número 3; en concreto: 700 de los 3,006 internos, con quienes celebró el Jubileo de la Misericordia.
Celebrar este Año Santo “con ustedes, es recordar el camino urgente que debemos tomar para romper los círculos de la violencia y de la delincuencia. Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando; nuestra verdadera preocupación es la vida de las personas.
“La Misericordia Divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la Sociedad; son un síntoma, en muchos casos, de silencios, de omisiones que han provocado una cultura del descarte; son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar por la vida; de una Sociedad que, poco a poco, ha ido abandonando a sus hijos”.
Además, apuntó que debemos implementar un Sistema de Salud Social que procure generar una cultura que actúe y busque prevenir situaciones. Hace falta “intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social”.
Les recordó que siempre hay una posibilidad para escribir una nueva historia y rehacer su vida; que trabajen para que la Sociedad, que usa y tira a la gente, no siga cobrándose víctimas.
Antes de pronunciar su discurso, el Santo Padre dejó un regalo en la Capilla del Reclusorio: una imagen de Cristo hecha de cristal, diciéndoles que es la fragilidad más grande de la Humanidad, pero que desde ahí nos salvó y nos abrió las puertas de la Esperanza.
Ahí, Evila Quintana, interna del Reclusorio 2, compartió su testimonio. También se le entregó un báculo que le hicieron los presos, de cuatro piezas de madera de cedro; mide 1.90 metros de alto y contiene un Cristo tallado.

¡No más muerte, ni explotación!

El Papa fue enfático en su mensaje de despedida en Ciudad Juárez. Más de 200 mil fieles se congregaron para escucharle. Se despidió de México hospitalario, pidiendo rezar por él.

Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Enviada Especial

CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA- El Papa Francisco cerró su Viaje Apostólico en México, el miércoles 17 de febrero, visitando Ciudad Juárez, Frontera Norte con Estados Unidos, y celebró una Misa multitudinaria en la que participaron 200 mil fieles católicos que pudieron ingresar al predio denominado como El Punto, con una extensión de 6.5 hectáreas. Además, muchos otros que no pudieron ingresar, siguieron la Celebración desde las afueras del inmueble, y otros tantos desde la línea divisoria o en el Estadio de la Universidad, en El Paso, Texas.
A su ingreso, el Patriarca Universal de la Iglesia realizó un recorrido en papamóvil, para después orar ante la Cruz de los Migrantes, precisamente en el punto divisorio entre México y la Unión Americana.
Durante su homilía, el Santo Padre hizo referencia al pasaje de Nínive, una gran Ciudad que se estaba autodestruyendo, fruto de la opresión y la degradación, de la violencia y de la injusticia. De ahí que el Señor enviara a Jonás: “Ve, ayúdalos a comprender que con esa manera de tratarse, regularse, organizarse, lo único que están generando es muerte y destrucción, sufrimiento y opresión. Ve y anuncia que se han acostumbrado de tal manera a la degradación, que han perdido la sensibilidad ante el dolor. Ve y diles que la injusticia se ha instalado en su mirada.
“En ese texto nos encontramos frente al Misterio de la Misericordia Divina. La Misericordia rechaza siempre la maldad, tomando muy en serio al ser humano. Apela siempre a la bondad de cada persona, aunque esté dormida, anestesiada. La Misericordia siempre entra en el Mal, para transformarlo”.

Pidió la conversión para México

“Siempre hay posibilidad de
cambio; estamos a tiempo de
reaccionar y transformar, modificar y cambiar, convertir lo que nos está destruyendo como pueblo, lo
que nos está degradando
como Humanidad”.

Después el Vicario de Cristo explicó que Jonás ayudó a tomar conciencia: Acto seguido, su llamada encuentra hombres y mujeres capaces de arrepentirse, capaces de llorar; llorar por la injusticia, llorar por la degradación, llorar por la opresión. Son las lágrimas las que pueden darle paso a la transformación; son las lágrimas las que pueden ablandar el corazón; son las lágrimas las que pueden generar una ruptura capaz de abrirnos a la conversión.
“En este Año de la Misericordia, y en este lugar, quiero, con ustedes, implorar la Misericordia Divina; quiero pedir, con ustedes, el don de las lágrimas, el don de la conversión”.

México siempre sorprende
Al final de la Celebración, Monseñor José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez, valoró la presencia del Papa, mientras que Su Santidad agradeció a Dios Nuestro Señor por haberle permitido “esta visita a México, al que siempre sorprende. México es una sorpresa”.
“Me he sentido acogido, recibido por el cariño, la fiesta, la Esperanza de esta gran familia mexicana; gracias por haberme abierto las puertas de sus vidas, de su Nación.
“En estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian Esperanza. He podido ver en muchos de sus testimonios, en sus rostros, la presencia de Dios, que sigue caminando en esta tierra, guiándolos y sosteniéndolos en la Esperanza”.
“Muchos hombres y mujeres, con su esfuerzo de cada día, hacen posible que esta Sociedad mexicana no se quede a oscuras. Que María, la Madre de Guadalupe, siga visitándolos, siga caminando por estas tierras. México no se entiende sin Ella; siga ayudándolos a ser Misioneros y Testigos de Misericordia y Reconciliación”.

Ya no más
“Aquí, en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y de otros países, sin olvidar a tantos mexicanos que también buscan pasar ‘al otro lado’. Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas”, deploró el Papa.
Por otra parte, fue claro y alzó la voz por los migrantes y las mujeres: “No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas, ya sea por tren, por carretera, e incluso a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos, caminos inhóspitos. Esta tragedia humana, que representa la migración forzada, hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que puede medirse en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza, sino que, encima, sufren estas formas de violencia. Injusticia que se radicaliza en los jóvenes, ellos, “carne de cañón”, son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas. ¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes se les ha arrebatado injustamente la vida!”
Finalmente, agradeció el trabajo de la Sociedad, los Religiosos y Sacerdotes que trabajan en favor de los migrantes, muchas veces, incluso, arriesgando su vida.

Despedida del Papa
Un gran compromiso nos deja Francisco

Dulce Natalia Romero Cruz
Enviada Especial

CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA- Con la evidencia del rostro de un Papa nostálgico por la despedida, pero también agotado por la intensa gira a través de nuestro país, de cinco días, en los que visitó cinco Estados de la Republica, dijo adiós a los mexicanos, con una sonrisa, recordándonos lo que debemos trabajar como Sociedad, e igualmente como Iglesia.
Después de la Misa Binacional el Santo Padre, para dirigirse al Aeropuerto “Abraham González” y retornar a Roma, recorrió en el papamóvil las Avenidas Heroico Colegio Militar, después Pérez Serna y finalmente la Tecnológico, siendo este camino el más largo de su visita, 20 kilómetros, donde cientos de personas lo esperaban ver pasar para decirle “hasta luego”
Llegó al Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez a las 18.58 horas, y ya lo esperaban el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y su esposa Angélica Rivera; 300 Funcionarios del Gobierno Federal; algunos Obispos, entre ellos el Nuncio Apostólico Arzobispo Christophe Pierre, y Mons. Eugenio Andrés Lira Rugarcía, Obispo Auxiliar de Puebla y Encargado de la Visita Apostólica del Sumo Pontífice a México; 2,500 jóvenes de los Grupos de Confirmaciones, y un conjunto de 50 Mariachis que entonaron “Las Golondrinas”. Como parte del protocolo se escucharon el Himno Nacional Mexicano y el de la Santa Sede, y después arribó al avión que lo llevaría de vuelta a casa.

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