sábado, 13 de febrero de 2016

Cardenal Robles le da la bienvenida a Su Santidad

Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo de Guadalajara

(En su carácter de Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, a nombre de toda la Iglesia en la Nación: sus Obispos, Clero y Pueblo de Dios,
el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, emite este Mensaje).

Ciudad de México, 10 de febrero de 2016

Santo Padre Francisco:

Al aproximarse el momento de su visita a nuestra Patria, los Obispos de México, llenos de emoción y de esperanza, al tiempo de darle desde ahora la más cordial bienvenida, le transmitimos la alegría y la gratitud de los católicos que peregrinamos en esta noble Nación, así como de muchos hombres y mujeres de buena voluntad.
Estamos contentos y agradecidos por la generosidad y el cariño que nos muestra al venir a nosotros como Misionero de Misericordia y Paz, para confesar, junto a nosotros, la Fe en Dios y su Amor, que ha de llevarnos a ser misericordiosos como Él.
Vemos en su Viaje Apostólico una clara manifestación de la ternura de Dios, que quiere, a través de su servicio apostólico, acercase a los mexicanos y mexicanas para consolarnos en estos momentos difíciles que estamos viviendo, a causa de la desigualdad, la inequidad, la pobreza, la corrupción y la violencia, y mostrarnos el camino que hace posible un desarrollo integral que no excluya a nadie: el Amor Misericordioso.
Sabemos que, ante la milagrosa imagen de Santa María de Guadalupe, además de presentar sus intenciones por toda la Iglesia y por el mundo, usted pedirá la intercesión de la Madre de Dios para que su Hijo Jesús nos dé la fuerza de su Amor y hagamos lo que a cada uno corresponde en la construcción de una familia y de un México mejor para todos.
Estamos seguros de que a su paso por México, Ecatepec, San Cristóbal Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Ciudad Juárez, además de contemplar la rica biodiversidad con la que Dios ha bendecido a nuestro País, usted, al tiempo de transmitir a todos el Amor de Dios, recibirá el cariño y el testimonio de numerosas personas de diferentes grupos étnicos, edades y estratos sociales, que procuran hacer las cosas bien. En México, son más los buenos que aquellos que han elegido el camino del Mal, provocando sufrimiento y muerte.
Las familias, los enfermos, los indígenas, los ancianos, los pobres, los jóvenes, los migrantes, las víctimas de la violencia, los laicos, las y los consagrados, los diáconos, los sacerdotes y los obispos, esperamos con ansia escuchar su palabra, rezar y celebrar junto a usted al Señor, y caminar unidos, pueblo y autoridades, dando lo mejor de nosotros para ir alcanzando un desarrollo integral y una vida en paz.
¡Gracias, Papa Francisco, por querer estar con nosotros! ¡Aquí lo esperamos!

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