Líneas de reflexión
Dr. Jorge Enrique Rocha Quintero
La Comisión Legislativa de Participación Ciudadana, del Congreso de Jalisco, que preside el Diputado independiente Pedro Kumamoto Aguilar, organizó varios Foros para discutir algunas de las figuras que podría contener la nueva Ley de Participación Ciudadana del Estado. Como sabemos, este tema específico se convirtió en el “objeto de deseo” de la clase política local, que busca acercarse a los habitantes, a propósito de propiciar las condiciones de involucramiento de los ciudadanos de a pie en la vida pública y, con ello, mejorar la deteriorada imagen que los políticos tienen frente a la mayoría de la población.
Por ahora, hay tres Iniciativas presentadas en la materia: la que impulsa Pedro Kumamoto, junto con el Partido Movimiento Ciudadano (MC); la que presentó el Gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, y que apoya el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y la que propone el Partido Acción Nacional (PAN) a través del Diputado Isaías Cortés. En este escenario político, la buena noticia es que seguramente esta Legislatura logrará realizar las reformas legales necesarias para optimizar sustancialmente el concurso ciudadano en la Entidad.
Al grano
Ahora bien, desde mi particular punto de vista, hay varias líneas de reflexión y análisis qué trazar en este debate legislativo. En primer lugar, es necesario revisar las figuras ya existentes en el marco normativo de Jalisco, para examinar el impacto que han tenido; ver el uso que se les ha dado, y generar propuestas de flexibilización de estos mecanismos. Es decir, figuras como el Referendum, el Plebiscito, la Iniciativa Popular o las Candidaturas Independientes existen en nuestra legislación; pero, por sus características concretas, son muy difíciles de aplicar. Por ello, para que realmente se incorporen a la cotidianeidad de la vida política y pública del Estado, es menester hacerlas más flexibles y bajar los requisitos que las sustentan, y que van desde disminuir los porcentajes solicitados de personas para echarlos a andar, hasta asuntos tan simples como no pedir copia de las credenciales de elector de las personas que participen a través de alguna de estas figuras. Incluso, me atrevo a plantear que algunas decisiones políticas, por su naturaleza, tendrían que pasar por el filtro de la participación ciudadana. Sólo por citar dos ejemplos: ¿Qué pasaría si la construcción de la Presa del Zapotillo o el uso de las Villas Panamericanas se sometieran a la decisión de la ciudadanía, con un proceso previo de una amplia discusión pública?
La segunda línea de auscultamiento y consulta tendría que centrarse en la creación de nuevas figuras para la participación efectiva de los ciudadanos. Ya empezamos a contar con algunos procesos de innovación democrática que son la base de esta discusión, como es el caso de “la ratificación del mandato” o la implementación de “los presupuestos participativos”. Me parece totalmente pertinente que se debata, profunda y concienzudamente, la incorporación de estas nuevas figuras al marco normativo de Jalisco. En el caso de la ratificación de mandato, desde mi óptica, tendría que transitarse a la revocación de mandato en casos muy específicos, dependiendo del cargo de elección popular de que se trate, y mediante un proceso muy claro para analizar este tipo de situaciones. Por otro lado, en lo que respecta a los Presupuestos participativos, juzgo muy importante la incorporación de esta figura a la vida política y pública de Jalisco; sin embargo, la forma como hoy en día se implementa este proceso en algunos Municipios me parece francamente insuficiente. Por tanto, habría que mejorarlo en varios aspectos, tales como subir sustancialmente el Presupuesto que se defina en esta modalidad; que sea un ejercicio, tanto para Gobiernos Municipales como para la Administración Pública Estatal; que exista un verdadero componente de deliberación pública; esto es, que las prioridades se discutan y no sólo se voten; y que la participación en estos ejercicios no esté sujeta y condicionada al pago de algún tipo de Impuesto. Otra de las figuras a trabajar es el incremento sustantivo de la participación pública en la elaboración del Plan Estatal y los Planes Municipales de Desarrollo, no sólo como un mero ejercicio de consulta, sino para contar con mecanismos de sanción y aprobación ciudadana de este tipo de procesos.
Una tercera línea de reflexión y debate, que debe tener este proceso legislativo, es que la participación ciudadana y la organización social no aparecen por Decreto, y que el impulso a figuras de organización ciudadana debe evitar el riesgo de convertirse en nuevas formas de clientelismo político. Por eso, en esta línea, me parece que la responsabilidad del Estado es facilitar las formas de organización ciudadana, pero, de ninguna manera, forzar la creación de las mismas, ya que el uso político de ellas puede resultar poco efectivo.
En conclusión, esperemos que este esfuerzo de debate y discusión nos lleve a las mejores maneras de fomentar el involucramiento consciente de los jaliscienses.
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