Presentación del Libro “Personajes”
Texto y Fotos: Rebeca Ortega Camacho
“Justa Herrada”, “El Padre Barreto”, “Eliseo El Ladiao”, “Don Tomás Pedrero”, son algunos de los “Personajes” que retrata el Padre Adalberto González González en su más reciente libro, presentado el viernes 5 de febrero, en el Salón Anexo del Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Paz, donde él mismo fuera Vicario Cooperador hace muchos años.
Al referirse a la obra literaria número 15 del Sacerdote y Escritor, el Periodista Felipe Cobián Rosales, conjeturó que el autor debe estar preparando por lo menos otra más. Y añadió: “Es excelente el Prólogo del Padre Tomás de Híjar Ornelas, que en unas cuantas cuartillas da cátedra de cómo se hace la presentación de un libro y de su autor. Basta leerlo para saber quién es y cómo es Adalberto González, cómo es que ha hecho tantos libros, y que a pesar del contratiempo de su minusvalía, su memoria es privilegiada y sigue produciendo.
“Periodismo y realismo mágico, cualquiera, o ambos, pueden ser acertados. Me voy más por la primera definición que por la segunda, sobre todo cuando en sus narraciones deja suelto al personaje en cuestión y es el mismo protagonista el que va diciendo, muy a su manera criolla, o regionalista, para ser más precisos, lo acontecido. Es una especie de catarsis del personaje”.
A su vez, el Padre Tomás de Híjar, quien hizo el Prólogo, se pregunta: “¿Qué hace un Cura metido de narrador?; ¿qué significa para él la escritura? Sólo a ratos se asoma el Cura, pero de forma tan discreta, que nadie lo advierte”.
Los 42 textos que contiene son realmente cuentos que incluyen anécdotas, amenos paisajes históricos, dichos, fábulas y hasta asuntos de citadinos, de campiranos, de mojados, de la vida diaria, que para el común denominador de los mortales pasan desapercibidos.
“Personajes’ es un libro de edición de autor, con ilustraciones del Maestro Dibujante y Muralista Alfonso de Lara Gallardo, así como del propio autor y del Prof. Gustavo Curiel Ballesteros. “Espero que la obra trascienda más allá de nuestras estatales fronteras”, concluyó el presentador. El Padre De Híjar, en uso de la palabra, hizo un sintético e ilustrado recorrido histórico nombrando a algunos de los principales oradores, poetas y literatos que, con el verbo hablado o escrito, han dado lustre al Seminario de Guadalajara, su Alma Mater, si bien deploró que se han eliminado, en buena medida, las Humanidades en los curricula académicos.
Aludió, entre otros prominentes Clérigos, a Bernardo de Balbuena, Matías de la Mota Padilla y, ya del Siglo XX, a Alfredo R. Placencia, a José Ruiz Medrano, a Benjamín Sánchez Espinoza (“Fray Asinello”), hasta llegar al Padre Adalberto, que en 49 años de sacerdocio ha sido también Director de La Hoja Parroquial, del Boletín Eclesiástico y de la Revista “Apóstol”, del Seminario Mayor, al igual que Colaborador de Semanario.
Entre una y otra intervenciones del Programa se dio paso a la lectura de uno de los cuentos que contiene el libro, y el público tuvo la oportunidad de disfrutar de magistrales interpretaciones de música mexicana, al teclado, por parte del Maestro Rigoberto Orozco.
Un tejido difícil
Por su parte, y para terminar, el Padre González, oriundo de La Capilla de Guadalupe, Jalisco, platicó: “Cuando me pongo a hacer un cuento, es algo tremendo llegar ante la página y empezar, porque todo es difícil, pero lo más difícil es comenzar”. Luego comentó que el cuento corto tiene todos los elementos de la novela, y que “tiene algo de artesanía la Literatura. Cada día me salen más muertos, que vivos, voy sacando de mi mente los personajes que recuerdo de mi infancia. Muchos piensan que los personajes están sacados de Los Altos (de Jalisco), pero he andado por las Altas Californias y en todos los lugares hay un cerro con un tesoro, en todos nuestros pueblos hay quien se halle oro y dinero”.
Asimismo, al rememorar a quienes han sido prologuistas, comentadores o ilustradores de sus libros, mencionó a los Cardenales José Salazar López, Juan Jesús Posadas Ocampo y Juan Sandoval Íñiguez como los Arzobispos con quienes trabajó de cerca como Vocero del Arzobispado, y quienes lo estimularon e impulsaron a seguir escribiendo.
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