jueves, 22 de octubre de 2015

Culmina el Sínodo

Sínodo de los Obispos
¿Y la voz de las mujeres?

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Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia

“De la presencia femenina se espera un aporte especial para que el Sínodo pueda ver a la Familia también con la mirada tierna, atenta y compasiva de las mujeres”, comentó el Cardenal Lorenzo Baldisseri, quien es el Secretario General del Sínodo de los Obispos. Ciertamente modesta, pero significativa, es la presencia de mujeres en el Aula del Sínodo que reflexiona sobre La vocación y la misión de la Familia. Al Sínodo le sirve un respiro mundial que corresponda a la dimensión universal del Cristianismo; por eso se ha invitado a mujeres expertas en humanidad a aportar y a escuchar, dado que todas tienen algo qué decir y también mucho qué llevarse a su regreso a las actividades cotidianas.

SU IRREFUTABLE RELEVANCIA
El Santo Padre Francisco ha declarado en varias ocasiones la importancia de la mujer en la Iglesia al afirmar, por ejemplo, frases como éstas: “Es más importante la Virgen María que los Apóstoles”, y “No es el Iglesia, es la Iglesia; es decir, es femenina; la Iglesia es Madre, y esto es hermoso”. Además, especial atención se le debe dar al discurso del Sumo Pontífice, del 7 de febrero de 2015, dirigido a los participantes de la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura, cuyo Tema fue “Culturas femeninas”; en él, afrontó argumentos interesantes: el equilibrio entre géneros, la generatividad, la corporeidad y las mujeres en la Religión.
La mujer tiene una sensibilidad especial para las cosas de Dios. Por lo mismo, ayuda a comprender mejor la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene por nosotros. No olvidemos que las mujeres son las primeras transmisoras de la Fe, no se guardan la Fe para ellas mismas, saben comunicarla; basta que cada quien piense, por ejemplo, en su mamá, abuelita o catequista para corroborarlo. Ellas son como una caja de resonancia del Amor de Dios, que no puede contenerse.

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INVITADAS IDÓNEAS
Las mujeres que participan en el Sínodo fueron escogidas con base en la experiencia de fondo; son mujeres de Familia que, además, se dedican a ayudar a las familias. Incluso, hay una participante católica que está casada con un musulmán, y no obstante la diversidad, ha testimoniado vivir un matrimonio feliz que ha durado 52 años, con cinco hijos y seis nietos. Además, toman parte una Médico, Profesoras Universitarias, Religiosas, Psicólogas, Responsables de la Pastoral Familiar que trabajan con Matrimonios y preparan a jóvenes al Matrimonio, así como varias Presidentes de Asociaciones Católicas de Familias. La gran mayoría de ellas son esposas y madres.
Las mujeres comprenden perfectamente que la Familia es un tema muy grande que va más allá de los estrictos problemas conyugales. Se trata, pues, de saber acoger y acompañar el deseo de Dios que está en cada persona dentro de la Familia. La mujer debe adquirir conciencia de lo que significa ser mujer, de su dignidad y su propia vocación, para poder tener un rol protagonista en la vida social y en la vida eclesial; pero nunca ellas solas, evidentemente, ni contra los hombres, sino con y a favor de todos.
Una Periodista afirmaba, en un Artículo, que las mujeres son fundamentales para la Familia, para la crisis familiar y para la superación de la crisis familiar. Es una frase muy dura, pero quizá también muy cierta, pues las mujeres son motor de muchas cosas.
En fin, concluido el Sínodo, creo que conviene recordar las palabras del Papa Benedicto en las que hace referencia a los “paganos bautizados”; esto es, a personas cristianas, “pero que no creen y nunca han conocido la Fe. Se trata de una situación paradójica –asienta el Vicario de Cristo–: el Bautismo hace que la persona sea cristiana, pero sin Fe. Ésta es sólo, a pesar de todo, un pagano bautizado”. Los cristianos auténticos privilegian la Gracia; en cambio, el pagano bautizado la elude.

En la recta final
Hacia la conclusión del Sínodo de los Obispos

La XIV Asamblea General Ordinaria de los Obispos está en su tramo final; concluirá este domingo 25 de octubre, y los 270 Padres Sinodales deberán votar sobre el Documento que entregarán al Papa Francisco, quien no ha dicho si lo publicará de inmediato o lo utilizará para un futuro Documento suyo.

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El Sínodo de los Obispos, iniciado el domingo 4 de octubre, entró este lunes 19 de octubre en la semana final. Los Padres Sinodales abordaron, en los Círculos Menores del lunes y martes, la tercera parte del Instrumentum Laboris que trata, entre otros temas, de la situación de las familias irregulares, de la admisión a la Comunión de los divorciados que han vuelto a casarse, del acompañamiento a las personas homosexuales y de la paternidad responsable.

Familias irregulares
Los Círculos han analizado las necesidades especiales de las familias en situación irregular o difícil, reconociendo –afirma el Círculo de habla inglesa C, cuyo Relator es el Arzobispo australiano Mark Benedict Coleridge– que las personas que cohabitan se encuentran en una situación diferente de los divorciados que han vuelto a casarse civilmente. Si bien afirman que la convivencia –aunque muy extendida en muchas culturas en nuestra época– no puede ser considerada como un bien en sí misma, reconocen que puede existir un bien entre los que conviven, más que en la convivencia de por sí.
“Sabemos –afirma, por su parte, el Círculo de idioma francés, cuyo Relator es el Obispo Laurent Ulrich– que hay tantas otras familias que se sienten alejadas de la ideal, como otras que no piensan ni siquiera que esté más o menos hecha para ellas. Familias divididas, familias mixtas, familias monoparentales, familias sin matrimonio civil: no podemos descartarlas, no queremos pensar que su camino no las acerca a Dios, que ama y atrae hacia Sí a todos los seres humanos. Creemos que en ellas vive el Espíritu del Señor, que inspira muchos comportamientos de sus vidas; y esto no quita nada de nuestro apoyo y aliento a las familias cristianas”.

Divorciados vueltos a casar
Respecto a los divorciados y vueltos a casar civilmente, hay un acuerdo general en que se necesita proporcionar un acompañamiento pastoral más eficaz para estas parejas y para sus hijos, que también tienen derechos. En algunos Círculos, en cambio, suscita perplejidad lo que el Instrumentum Laboris llama “un camino penitencial”. “No se ve claro llamar ‘camino penitencial’ –sostiene el Círculo hispanohablante B, cuyo Moderador es el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, y Relator el Arzobispo venezolano Baltazar Enrique Porras Cardozo– al itinerario de los divorciados y vueltos a casar; convendría, quizás, hablar de itinerarios de reconciliación, pues hay realidades irreversibles que no pueden ser sometidas a un camino penitencial sin posibilidad de superación”.
“Parece que, en el tema de la cercanía, estamos todos de acuerdo; pero, ¿qué pasa cuando se plantea el acceso a los Sacramentos? –dicen en el Círculo hispanohablante cuyo Relator es el Arzobispo de Panamá, José Luis Lacunza Maestrojuán–. Sin duda, tenemos que plantear un movimiento generoso, quitando del camino muchas trabas, para que los divorciados vueltos a casar puedan participar más ampliamente en la vida de la Iglesia: no pueden ser Padrinos, no pueden ser Catequistas, no pueden dar Clases de Religión… Tenemos que dar muestras de que hemos escuchado el ‘grito’ de tantas gentes que sufren y claman pidiendo participar lo más plenamente posible en la vida de la Iglesia”.
“Sobre la disciplina con respecto a los divorciados vueltos a casar, hasta la fecha, no es posible establecer requisitos inclusivos de todos los casos, a veces muy diferentes unos de otros –observa el Círculo italiano B, cuyo Relator es el Cardenal Mauro Piacenza–. Hay divorciados vueltos a casar que se aplican a caminar según el Evangelio, ofreciendo ejemplos significativos de caridad. Al mismo tiempo, no se puede negar que, en determinadas circunstancias, se presentan factores que limitan la capacidad de actuar de forma diferente. En consecuencia, el juicio de una situación objetiva no podría convertirse en juicio sobre la ‘imputabilidad’ subjetiva. Los límites y las limitaciones se convierten, entonces, en una llamada al discernimiento, principalmente del Obispo, preciso y respetuoso de la complejidad de estas situaciones”.
En cambio, el Círculo inglés A, cuyo Relator es el Arzobispo estadunidense Joseph Edward Kurtz, opina que la práctica pastoral en relación con la recepción del Sacramento de la Eucaristía para los divorciados y vueltos a casar civilmente no debe dejarse en manos de las Conferencias Episcopales porque se correría el riesgo de perjudicar la unidad de la Iglesia Católica, la comprensión del Orden Sacramental y el testimonio visible de vida de los fieles.
Por su parte, el Grupo de habla inglesa, cuyo Relator es el Arzobispo irlandés Diarmuid Martin, pediría que el Santo Padre, teniendo en cuenta el rico material que ha surgido durante este proceso sinodal, considere “el establecimiento, durante el Año Jubilar de la Misericordia, de una Comisión Especial para el estudio, a profundidad, de las formas en que las disciplinas de la Iglesia que se derivan de la indisolubilidad del Matrimonio se aplican a la situación de las personas en las uniones irregulares, incluidas las situaciones derivadas de la práctica de la poligamia”.
En general, sostuvieron que no existe una división, sino una preocupación sobre los eventos humanos alrededor de la Comunión a los divorciados y separados. En este sentido, los Padres Sinodales arguyen que no todos los casos son iguales.

Homosexuales
La condición de las personas homosexuales se enfocó, sobre todo, desde la perspectiva del contexto familiar. El grupo inglés C insistió en que es un tema que debe abordarse como Pastores que buscan comprender la realidad de la vida de las personas, y no las cuestiones abstractas. También sus miembros pidieron que el Documento final del Sínodo incluyese una afirmación clara de la enseñanza de la Iglesia de que las uniones del mismo sexo no son, en modo alguno, equivalentes al Matrimonio.
Sobre el mismo tema, el Círculo inglés A reiteró que “la Iglesia, como Esposa de Cristo, sigue las huellas de su Señor Jesús, cuyo amor universal se ofrece a todas las personas, sin excepción. Los padres y hermanos de los miembros de la familia con tendencias homosexuales están llamados a amar y a aceptar a estos miembros de su familia con un corazón indiviso y con comprensión”.
Algunos Padres Sinodales propusieron que el argumento se eliminase de la discusión del Sínodo sobre la Familia porque, dada su importancia, merecería un Sínodo específico en tal materia.

Paternidad responsable
El tema de la paternidad responsable y de la responsabilidad generativa fue objeto de rico intercambio, y se considera en los momentos actuales de gran importancia para el respeto a la dignidad de la persona y de la vida. También trataron el tema de los matrimonios mixtos y la disparidad de cultos, solicitando enfoques pastorales que defiendan a las mujeres y a los hijos en condiciones de fragilidad.
Es claro que, para saber el resultado definitivo sobre la cuestión, hay que esperar el final del Sínodo (25 de octubre). Sin embargo, durante el encuentro con la Prensa, el 19 de octubre, los Padres Sinodales invitados a la Sala de Prensa del Vaticano ratificaron que se busca el bien de las familias, incluidas aquellas heridas o divididas (VIS – Vatican Information Service).

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