jueves, 1 de octubre de 2015

La gente tiene la palabra

La gente 3

Texto y Foto: Luis Sandoval Godoy

396- DIOS CRÍA LA YUNTA, Y ELLA SE JUNTA
Al parecer, aquí “la yunta” tiene diversa visión, no la del par de semovientes que pacen en el potrero, luego el agricultor hace caminar a uno y a otro, y con recio nudo ata a los dos.
Se da a entender aquí que el campesino arrea a este buey y al otro, y jalándolos de la encornadura hace su yunta y cultiva con ella la tierra, que le dará la más abundante cosecha.
Que eso que hace la yunta es lo que está escrito en designios misteriosos de Dios; que una y el otro tendrán que estar juntos para siempre: unir su vida en yunta creada por Dios.
No hay deshonor en la imagen. Conviene, más bien, pensar en los justos juicios de Dios; que su soberana voluntad da rumbo a la vida. Obremos dentro de ella, ajustándola en todo.

397- DORMIRSE EN SUS LAURELES
“¡Ay, qué laureles tan verdes, qué flores tan encendidas!”… y la tonada ensalza una rama de esas que llevamos el Domingo de Ramos, al iniciar la Semana Santa con el gozo cristiano de este día.
Luego da cuenta un dormilón que no aguantó la ceremonia litúrgica, y el muy zonzo empezó a cabecear y dio luego en cerrar los ojos y quedar dormido en los laureles de esa fiesta.
Hay que decir eso como una alegoría de lo que sucede. Que un individuo se indigesta y se llena de malos aires; se cree relamido y muy sabio, y en el pueblo, sueña ufano en su orgullo.
Cuando nuestros mayores hablaban de esto y lo decían a su manera, querían que no fuéramos a caer en la ridícula ostentación de un orondo laurel, sino sobrios, como mata de cilantro.

398- DONDE QUERÉTARO
A ver, díganmelo todos: dónde Tamaulipas, Zacatecas, y dónde Chiapas y dónde San Luis Potosí. Se trata de una palabra que induce a otra, alude a la Geografía y habla de otra cosa.
Queremos acomodarnos en el espacio que tenemos en la tierra, que podrá ser de nuestro agrado, o acaso pidamos cambio de cielo y suelo; puede que seamos acaso exigentes, antojados.
Como dando la impresión de sabihondos con lo que aprendimos en el lejano ayer en aquel tercer año de la escuela, seamos aquí originales: no en ir a quedarnos en donde Querétaro.
Lo mejor de todo es seguir el rumbo por donde quedó trazada nuestra vida, y desde allí definamos nuestro ser y hacer, pensando en La Divina Providencia; Ella es nuestro “Querétaro”.

399- EL DEDO EN LA LLAGA
Y si me hace el grandísimo favor, le ruego que cambie la presión de su dedo, porque hay cosas que duelen, hay hechos y momentos que se nos quedaron en vida como llaga dolorosa.
Un hecho lamentable, un suceso doloroso que nos hizo pasar días amargos: la muerte de un ser querido, cuando el recordar a tal gente nos hace doblar el pico con hondos suspiros.
Que nos respetemos unos a otros en las penas íntimas que se ocultan en nuestra vida y no seamos rufianes a quienes poco importa la pena del vecino. Sin decirlo, lastimamos a aquél.
Nuestra condición humana, nuestro tejido social en que nos cruzamos unos con otros, nos invita a respetar a los demás; saber de aquél que sufre y llora; no poner el dedo en sus llagas.

400- DONDE BAILAN Y TOCAN,
TODOS SE EMBOCAN
Dando cima a esta serie de frases de nuestro pueblo en el recuento del Padre Nicolás Valdés Huerta, quisimos cerrar esta puerta con eso que se dice en sorna y en burla a oportunistas.
Ya abrieron Las Murillo dos ventanas de su sala; ya se adivina el bullicio de los invitados; ya llegaron los músicos, y entran con canastos de exquisitos guisos y botellones llenos de bebidas.
Qué hacemos sentados aquí a la orilla del fiestón tras las iluminadas ventanas de esta familia tan apreciada y, dicen, muy generosa. Ésta es una ocasión que pintan calva; jalemos este buen pelo.
Lo demás, Dios dirá. Corteses y educados, como siempre, no vamos a eximirnos de dejar un bocadillo o dos, y tendremos que saborear las bebidas que ofrezcan. Como “embocados”, pues.

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