jueves, 1 de octubre de 2015

Festejos Patrios en el Seminario Menor

Sana recreación

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Pbro. Adrián Ramos Ruelas

¿Te imaginas un lugar donde cientos de muchachos conviven sin necesidad de ver la tele, de enviar mensajes por celular, de beber o fumar, para responder al llamado de Dios y convivir y divertirse sanamente? ¿Te imaginas un centro donde cuatro centenares de muchachos tienen un objetivo común, mismo que los hermana y los motiva, día a día, a compartir la misma vocación y a ser mejores? Ese lugar existe.
En el Seminario Diocesano Menor de Guadalajara se preparan los futuros Sacerdotes. Ahí se combinan el trabajo, el estudio, la oración y las actividades recreativas, que le dan un toque de armonía y alegría a la formación integral de los muchachos candidatos al Sacerdocio Ministerial.
Pues bien, con motivo de los recientes festejos septembrinos, desde comienzos del mes, la Comisión de Cultura, encabezada por el Padre Avelino Beltrán Lozano, emprendió actividades de ambientación. Los gallardetes y lazos tricolores pronto se dejaron ver en los pasillos y en el interior de los espacios públicos, aulas, comedor, oficinas y recepción.

EMOTIVA CONMEMORACIÓN
El martes 15 de septiembre, para conmemorar el 205º Aniversario del Inicio de la Lucha por la Independencia, la comunidad de seminaristas se dio cita en el Auditorio “Cardenal José Salazar López” para disfrutar una colorida presentación de Ballet, que deleitó al público estudiantil con bellas estampas de los Estados de Tamaulipas, Veracruz y, desde luego, ¡Jalisco!
Un rico pozole para la cena dio el toque mexicano a la gastronomía de la casa. Muchos se vistieron con los atuendos propios del charro mexicano; otros, portaban pantalón de mezclilla y camisa de cuadros al estilo vaquero.
A continuación, en el atrio, frente a la Capilla, en la que lucía en su interior una elocuente imagen de la Virgen Dolorosa, con flores y luces, se llevó a cabo una Verbena Popular en la que no faltaron los elotes, los churros, los duritos con cueritos, las “jicaletas”, el torito mecánico y algunos juegos de mesa, como la tradicional Lotería. Un reducido mariachi amenizó este grato momento con canciones mexicanas muy nuestras, y alguna que otra más ‘movidita’.
El Acto Cívico fue solemne. Se dejó ver la formalidad, el respeto y la veneración a nuestra hermosa Bandera. La Banda de Guerra y la Escolta hicieron gala de su gallardía y, después de rendir honores y de entonar el glorioso Himno Nacional, se escuchó con atención la lectura del Acta mediante la cual se proclamaba la Independencia de la América Septentrional. El repique de la campana y los “¡Vivas!” del padre Jorge Manuel García Rivera, Prefecto General de la Casa, enmarcaron el famoso “Grito”.
Los “toritos” con buscapiés empezaron a espantar gente. Griteríos, risas y sustos se escucharon por unos minutos, y la ‘corretiza’ por el atrio y pasillos redondearon esta jornada, que concluyó con una ristra de cohetes a base de luces (porque los perritos, mascotas de los vecinos, no aguantan el ruido), dejando a la comunidad contenta. Dispuestos a seguir disfrutando las Fiestas Patrias y vivir un 16 de septiembre como día de solaz y paseo, se dieron a la tarea de recoger sillas y mesas para ir a descansar.

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¡ESE LUGAR EXISTE!
No cabe duda que el Seminario ofrece la posibilidad de disfrutar de la vida, de los acontecimientos, de las fechas importantes, de una manera sana y divertida. El factor ‘alegría’ le dio sabor a estos festejos. Muestra de que, quien sigue al Señor, tiene garantizada la felicidad.
La Casa que fue testigo de este digno y emotivo festejo, existe: se llama Seminario Menor Diocesano, semillero de vocaciones a la vida sacerdotal.

SEMINARIO DIOCESANO DE GUADALAJARA,
319 AÑOS DANDO FRUTOS DE VIDA AL MUNDO.

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