jueves, 1 de octubre de 2015

El mayor regalo que los padres dan a sus hijos, es amarse

Juan López Vergara

En el pasaje del Santo Evangelio que nuestra Madre Iglesia participa hoy, Jesús declara la indisolubilidad del Matrimonio, pues marido y mujer forman una comunidad de carácter perdurable, en virtud de la acción misma de Dios, que instituye a la pareja cristiana en Sacramento (Mc 10, 2-16).

LA FIDELIDAD DE
JESÚS AL PROYECTO DE DIOS

Algunos fariseos, con ánimo desleal, pretendieron poner a prueba a Jesús: “¿Le es lícito al hombre divorciarse de su esposa?” (v. 2). Esta pregunta descubre una mentalidad machista: sólo el varón puede divorciarse; él es el sujeto y ella es el objeto.
Jesús, entonces, preguntó sobre lo prescrito (véase v. 3). Ellos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de una acta de divorcio a la esposa” (v. 4: compárese Dt 24, 1). Enseguida, Jesús declaró: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (vv. 5-9: compárese Gn 1, 27 y 2, 24).
Jesús fue al fondo de la cuestión al situar el planteamiento en su debido horizonte: no colocó en el mismo plano al Génesis y al Deuteronomio, porque el primero revela la intención profunda de Dios. “La letra mata, mas el Espíritu da vida” (II Co 3, 6).
¡Es entrañable la fidelidad de Jesús al Proyecto del Padre!

JESÚS BUSCA LA
ENTREGA TOTAL Y DURADERA

Ya estando en casa, los discípulos volvieron a preguntarle, muestra de lo candente del tema (véase v. 10). Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio” (v. 11). Por eso no duda en calificar de adulterio la ruptura de una relación que, más que un contrato legal, obedece a un compromiso estable, semejante al realizado por Dios con su Pueblo (compárese Os 2, 21-22).
Jesús busca la igualdad de los cónyuges, la entrega total y duradera que unifica.

EL AMOR ES ETERNO
Giorgio Montini –el padre de Paulo VI–, siendo ya mayor, sufrió un ataque cardíaco. Pidió el Sacramento de la Unción y, con perfecta lucidez, dijo: “Muero en el seno de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana; usando el escapulario de San Francisco. Pido perdón, Ciao Giuditta” (las últimas palabras de aquel honorable varón fueron un ‘Hasta luego’ –eso significa Ciao en italiano– para Giuditta, su queridísima esposa).
Qué razón asiste a San Pablo cuando declara que el verdadero amor es eterno (compárese I Co 13, 8).
¡El mayor regalo que los papás obsequian a sus hijos es amarse!, porque el amor esponsal es una clara referencia al Amor de Dios.

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