jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Qué Centro Histórico queremos?

Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero

Luego de la intervención que el Gobierno Municipal de Guadalajara, que encabeza Enrique Alfaro Ramírez, hiciera en el Primer Cuadro para reubicar a los comerciantes ambulantes, y que ha generado lo mismo apoyos que críticas en la Opinión Pública, me parece pertinente hacer una serie de reflexiones en torno a lo que ha pasado y lo que tendría qué pasar en esta área citadina que, a pesar de los problemas que enfrenta, sigue siendo un referente importante para los habitantes no sólo de Guadalajara, sino para todos los que vivimos en los Municipios que conforman la Zona Metropolitana. A continuación, algunas reflexiones:
1. Tema excesivamente politizado. Lo primero a señalar es que el tema del ambulantaje en el Primer Cuadro de la Ciudad se convirtió en un problema que ganó gran notoriedad para evaluar la actuación de los Presidentes Municipales y se transformó en motivo de éxito o de derrota para la gestión pública de los Alcaldes en turno. Desde la Administración de Alfonso Pétersen Farah (2007-2009), este asunto es visto como una “bomba de tiempo mediática” para los Presidentes Municipales. Y en la Administración recién concluida (Ramiro Hernández Garcia) se resintió la peor crisis en la materia. La excesiva politización del tema ha provocado que el problema se complique, que las posiciones se polaricen y que los Munícipes lo vean como de primerísima importancia, toda vez que se juegan su futuro, y creen que los costos políticos de no atajarlo son mayúsculos. Sin demeritar la importancia de esta agenda, no estoy muy seguro de que las personas castiguen o elijan una opción política municipal en unas Elecciones sólo por el tema del Centro Histórico. Más bien, su discernimiento retoma otros factores como la economía, los servicios públicos o la inseguridad, por ser más definitorios, y fuente de mayores preocupaciones en la población.
2. Intervenciones exitosas y fallidas. A lo largo del tiempo, podemos encontrar experiencias bien logradas y erróneas de intervenciones en la parte céntrica de Guadalajara. En cuanto a estrategias que han dado buenos resultados, podemos señalar la implementación de la Vía Recreactiva los domingos y días feriados; el cierre de las calles los Jueves Santos para la tradicional “Visita de los Siete Templos”; el programa de bicicletas públicas y la implementación de la Zona 30; e incluso cabría enlistar la creación del Corredor Cultural en la Zona de Chapultepec. En contrapartida, la construcción de la plaza subterránea frente a la Catedral, cuyo propósito era la reubicación del comercio ambulante, y que fue un fracaso; el fracasado intento de construir las Villas Panamericanas en torno al Parque Morelos, o podemos remontarnos a la construcción de la Plaza Tapatía, que sigue siendo un lugar sin un claro vocacionamiento. Frente a las experiencias anteriores (aquí citadas sólo algunas), es de señalar que la aplicación de los Reglamentos, la búsqueda de alternativas para los comerciantes ambulantes e impedir la venta de productos “pirata”, es una acción loable y justificada; pero, desde mi punto de vista, insuficiente.
3. Debate y consenso público sobre la(s) vocación(es) del Centro Histórico. Es deseable que sean espacios de convivencia, de convergencia, de esparcimiento y de construcción del tejido social de una comunidad, aunque también suelen ser espacios de comercio y de servicios. Me parece que, a propósito de la intervención en el Centro Histórico, es pertinente generar un proceso amplio de debate y discusión pública entre vecinos, comerciantes establecidos, comercio ambulante permitido, especialistas, organizaciones no gubernamentales que hacen intervenciones en esa zona, Gobierno Municipal, empresarios, artistas, promotores turísticos y usuarios, para responder a la pregunta: ¿Qué tipo de Centro Histórico queremos? ¿Qué vocación o vocaciones debería tener nuestro Centro Histórico? Y a partir de responder estas preguntas y construir un consenso amplio, lograr un proyecto de largo plazo, que va mucho más allá de reubicar al ambulantaje.
Se trata de hacer un verdadero proceso de apropiación social para, ahora sí, reconfigurar el Centro de Guadalajara, no desde ciertas ideas pre-concebidas de lo que debería ser, sino desde un diálogo que nos lleve a definir qué queremos los tapatíos para el corazón de esta bella Capital. Sólo por citar algunos ejemplos de los posibles resultados: imagine usted un Centro Histórico donde cada semana se instale un tianguis de productos orgánicos locales, cuyos consumidores se pongan en contacto directamente con los productores y puedan comprar, a precios justos, café orgánico de Amacueca o nopales orgánicos de San Gabriel. O que en el Centro se proyectaran los cortometrajes de los estudiantes de las distintas Escuelas de Comunicación que hay en la Ciudad. Se trata, entonces, de imaginar y de repensar cómo sería nuestro Centro Histórico, y de diseñar el que sería ideal para los tapatíos.

Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com

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