jueves, 19 de noviembre de 2015

Abrazo paternal a Obispos y Sacerdotes

Palabras del Papa en América

“Alégrense, aunque ahora sea preciso padecer un poco pruebas diversas” (I Pet 1, 6). Estas palabras del Apóstol nos recuerdan algo especial: ‘Tenemos que vivir nuestra vocación con alegría’ (Cfr. Celebración de Vísperas en la Catedral de San Patricio, Nueva York, Papa Francisco).

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Acerca de la Visita del Papa Francisco a Cuba y Estados Unidos, quisiera recabar y rescatar su voz y mensaje explícitos; específicamente el dirigido a Grupos de Obispos y de Sacerdotes y Religiosos/as, en concreto, en tres ocasiones: 1ª El día 23 de septiembre en la Catedral de San Mateo, en Washington, a los Obispos de Estados Unidos. 2ª Su discurso a los Sacerdotes y Religiosos/as en la Catedral de San Patricio, Nueva York, el mismo día. 3ª Y muy especialmente, su discurso a los Obispos ‘invitados y participantes’ al Encuentro Mundial de las Familias el 27 de septiembre, en el Seminario de San Carlos Borromeo, en Filadelfia. Precisaremos parte de su contenido.

ESPIGAMIENTO DE ESTOS 3 DISCURSOS,
EN SU CONTENIDO PRECISO

1° Discurso a los Obispos de Estados Unidos, en su Conferencia General, apenas el mismo 23 de septiembre en la amplísima y litúrgica Catedral de San Mateo, en Washington, D.C. Contenido: a. El paternal Prólogo, y de gran calidez fraternal; centró su Misión Apostólica: “que me ha traído a su país. Quisiera saludar también a las Iglesias que ustedes llevan amorosamente sobre sus hombros…”. ¡Qué sentido eclesial del Papa! “Que ningún miembro del Cuerpo de Cristo y de la nación americana se sienta excluido del abrazo del Papa”. b. Cuando enjuguen una lágrima para fortalecer a quien tiene el corazón destrozado, para socorrer a quien ha recaído o enseñar a quien tiene necesidad de Verdad, y para perdonar y llevar a un nuevo Encuentro con Dios… sepan que el Papa los acompaña y los ayuda”. ¡Vaya palabras a los Pastores!
c. “Aprecio vivamente, y agradezco su generosidad y solidaridad con la Santa Sede”. d. Y más adelante, puntualizó: “No les hablo sólo yo. Mi voz está en continuidad con la de mis Predecesores”. Lo enmarcó con la Historia particular de Estados Unidos, y aseveró: “Desde los albores de la nación americana, apenas acabada la Independencia, fue erigida la primera Diócesis en Baltimore. Y la Iglesia de Roma los ha acompañado”. e. Y, para matizar más, precisó: “Nuestra mayor alegría es ser Pastores, y nada más que Pastores. Es necesario que el Obispo perciba lúcidamente la batalla entre la luz y la oscuridad que combaten constantemente, y que luche con espíritu de valentía, y no de timidez”.
2° El Discurso (‘reflexión’) a los Sacerdotes y Religiosos/as, en Nueva York, el 27 de septiembre. Fue con ocasión del Rezo de Vísperas en la Catedral de San Patricio. a. Una vez más, el Papa volvió a su convicción: (I Pet 1, 6). “Tenemos que vivir nuestra vocación con alegría”. Y puso el ejemplo de Santa Isabel Seton, Cofundadora de la Primera Escuela Católica, y el de San Juan Newman, Cardenal, Fundador del primer Sistema de Educación Católica. b. “He venido a rezar con ustedes para que nuestra vocación siga construyendo el Reino de Dios en este país”, les apuró. c. Planteó dos reflexiones: el espíritu de gratitud por las bendiciones recibidas, y el espíritu de laboriosidad: servir al Señor con estilo… de “trabajo intenso” (a la letra), señalando “el peligro del falso celo por el tiempo libre…”
3° Discurso a los Obispos invitados al Encuentro Mundial de las Familias. En el Campus del Seminario de San Carlos Borromeo, en Filadelfia. a. Empezó con un tema ‘escabroso’: “el dolor y sufrimiento de los menores abusados sexualmente”. Sin soslayar el problema, y “Haciendo mío el abrumarme con la vergüenza de las personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños… Acabo de reunirme con un grupo de esas personas abusadas”. b. Y cambió su tesitura con el contexto gozoso del Encuentro Mundial de las Familias: “La familia –sentenció– no es para la Iglesia una fuente de preocupación, sino la confirmación de la Bendición de Dios”. c. Advirtió: “Hasta hace poco, vivíamos en un contexto donde la ‘afinidad’ entre la institución Civil del Matrimonio y el Sacramento, era fuerte y compartida. Pero hoy, la Cultura descarta lo que ya no sirve”. d. La Familia, aseguró, “es nuestra aliada; nuestra ventana al mundo… la evidencia de una Bendición irreversible de Dios a todos”.

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