jueves, 5 de noviembre de 2015

El Papa Francisco ofrece un “secreto”

¿Cómo sanar las heridas provocadas en la Familia?

nota 1

CIUDAD DEL VATICANO- El Obispo de Roma dedicó la Catequesis de la Audiencia General de este miércoles, de nuevo, a la Familia, y afirmó que ella “es un gran gimnasio de entrenamiento en el don y el perdón recíproco, sin el cual ningún amor puede durar”. El “secreto” para sanar las heridas que se producen es aprender “a pedirnos inmediatamente perdón”, reveló.
Desde la Plaza de San Pedro, expresó su convicción de que “las familias cristianas pueden hacer mucho por la Sociedad de hoy, y también por la Iglesia. En un mundo que a veces es árido de vida y de amor, ustedes cada día hablan del gran don, que son el Matrimonio y la Familia.
“La vida de las familias no se detiene. Ustedes, queridas familias, están siempre en camino” y “continuamente escriben en las páginas de la vida concreta la belleza del Evangelio de la Familia”. Por eso, “no se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en familia”.
El Sumo Pontífice advirtió que “cada día nos faltamos al respeto el uno al otro. Debemos poner en consideración estos errores, debidos a nuestra fragilidad y a nuestro egoísmo. Lo que se nos pide es sanar inmediatamente las heridas que nos hacemos, retejer inmediatamente los hilos que rompemos en la Familia. Si esperamos demasiado, todo se hace más difícil”.
Luego compartió un “secreto” para “sanar las heridas y para disolver las acusaciones”: “No dejar que termine el día sin pedirse perdón, sin hacer la paz entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas… ¡entre nuera y suegra!
“Si aprendemos a pedirnos inmediatamente perdón y a darnos el perdón recíproco, sanan las heridas, el Matrimonio se robustece y la Familia se transforma en una casa más sólida, que resiste a los choques de nuestras pequeñas y grandes maldades.
“De hecho, es precisamente recibiendo el perdón de Dios como, a nuestra vez, somos capaces de perdonar a los otros”.
Pero “la práctica del perdón no sólo salva a las familias de la división, sino que las hace capaces de ayudar a la Sociedad a ser menos malvada y menos cruel”, y “la Iglesia, queridas Familias, está siempre a su lado para ayudarles a construir su casa sobre la roca de la cual ha hablado Jesús.
“De verdad, las familias cristianas pueden hacer mucho por la Sociedad de hoy, y también por la Iglesia” (ACI).

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