jueves, 26 de noviembre de 2015

Aficionados a los libros

Escultura “Libro de Plata”

En el Día Nacional del Libro (12 de noviembre) y en el marco de la VI Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara 2015, se reconoció el trabajo del maestro, lector, escritor, editor, dibujante, Presbítero José Rosario Ramírez Mercado, “Padre Chayo”, y al Promotor Cultural Alberto Cervantes García.

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Rebeca Ortega Camacho

“La enfermedad del libro la tuve desde el hogar. Soy el 13 de una familia de 15, y veía que mi padre, mi madre y mis hermanos, todos, siempre leían, y mucho. Y entonces, les digo algo que parece una paradoja: aprendí a leer antes de leer. Tenía un hermano mayor, y me leía El Quijote cuando yo todavía no sabía leer, y mis primeras ideas que tengo de los libros son las figuritas del Quijote y Sancho Panza.
“Mi afición a los libros así empezó, oyendo que me leían El Quijote, y después con el Poeta Martín Fierro. Posteriormente, para gloria mía, como Sacerdote me designaron a dar clases en el Seminario, y muchos, muchos años ahí, no hice otra cosa que leer, leer y leer, y hacer leer a los demás”, compartió el Padre José Rosario Ramírez, Maestro por 61 años del Seminario de Guadalajara.
Decenas de bibliófilos estuvieron presentes en el homenaje al “Padre Chayo”; el reconocimiento Escultura “Libro de Plata”, fue entregado por la Profesora y Silvia Linet Flores, Coordinadora de la Librería del Ayuntamiento de Guadalajara; la Directora Municipal de Cultura, Susana Chávez Brandón, y el Presidente de la Asociación de Libreros de Guadalajara, Antonio Mendoza Tabares.

Palabras de reconocimiento
“Lector asiduo, no sólo de los libros, sino de los acontecimientos, el “Padre Chayo” es considerado un Psicólogo y Filósofo práctico que durante 61 años enseñó a los Seminaristas a volar hacia la lectura, y con verdadero arte y oficio los encaminó a la lectura de manera muy didáctica. Creador de incontables proyectos culturales, sociales y deportivos. De gran influencia como animador de escritores, prologuista, editor, conferencista, investigador e historiador, autor de numerosos libros”, fueron las actividades que le atribuyó el Licenciado Heriberto Camacho Becerra, ex alumno del Sacerdote, y Fundador y Director de Amate Editorial, quien añadió una breve descripción biográfica del homenajeado.
“Este reconocimiento que se le hace al Padre es merecidísimo, porque nadie ha sido bibliófilo si no cubre todos esos aspectos importantes para el desarrollo cultural de la Ciudad, y creo que él cubre un espacio enorme dentro de la visión cultural de Guadalajara. El trato con el Padre no es de ahora; es de toda la vida. Conocido de todos los libreros de la Ciudad, asiduo comprador y lector”, señaló el también homenajeado Alberto Cervantes García, librero tapatío con más de 40 años de trayectoria, admirado por escritores, académicos y literatos como un gran Promotor Cultural.

Las anécdotas de un bibliófilo
“Recordar es vivir”, y para el “Padre Chayo”, platicar las experiencias que lo han llevado a apreciar un buen libro, son las historias que compartió con los presentes. Inolvidables momentos de su infancia, su relación y amistad con otros conocedores y amantes de los libros, así como anécdotas divertidas que hicieron reír a sus amigos, ex alumnos y admiradores que lo acompañaron esa noche.
“Uno de mis Maestros en el Seminario fue un gran literato y bibliófilo, el Padre Manuel de la Cueva; era un genio. Llegaba a clases y nos daba francés, siempre con un libro usado. Decía: ‘Le compré este libro al bueno de Fortino Jaime’, el librero más clásico de Guadalajara; tenía una imprenta y tenía también libros usados. ‘Y el buen Fortino me lo dio en cinco pesos, y tiene buena letra, buen olor, y sobre todo, buen contenido”, narró el Eclesiástico, poseedor de una biblioteca personal de 22 mil volúmenes.
“Voy a donar mi biblioteca al Seminario de San Juan de los Lagos, porque ahí empecé a conocer las letras, y le dije al Obispo, que fue mi discípulo, Felipe Salazar Villagrana, que quería regalarla. Levantaron un edificio especial, muy moderno, con todos los avances para una buena biblioteca y le llamaron –no quise mi nombre– o va a llamarse: “Instituto Cultural Anacleto González Flores”. Allá tendré muchos lectores de Los Altos de Jalisco”.
Y, como recomendación, el “Padre Chayo” dijo que hay “dos libros que nunca deben de faltar a un hombre bien nacido: el de Dios y el del hombre: la Biblia y El Quijote”.
El Pabellón Pedro Loza y los Portales del Palacio Municipal fueron la sede de este acto de homenaje, donde bibliófilos de todas las edades pudieron adquirir libros, escuchar y participar de interesantes conferencias al aire libre durante diez días (del 6 al 15 de noviembre).

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