jueves, 19 de noviembre de 2015

La presencia de Nuestra Señora de Zapopan como Reina de la Paz

Misa en El MixtónPeregrinos al Mixtón

Cardenal Juan Sandoval Íñiguez
Arzobispo Emérito de Guadalajara

Por iniciativa de los señores Curas y Vicarios Parroquiales del Decanato de Juchipila, que comprende las Parroquias de Moyahua, Juchipila y Apozol (todas, del Estado de Zacatecas, pero pertenecientes a la Arquidiócesis de Guadalajara), se viene celebrando cada año, en un domingo de noviembre (mes en que la Virgen de Zapopan visita esas comunidades), una Misa en el Cerro del Mixtón, con la presencia de la bendita Imagen, de su Guardia de Honor, y de muchos peregrinos.

Españoles contra nativos
El domingo 15 de noviembre tuve la dicha de presidir esta Celebración, invitado por los Sacerdotes de ese Decanato.
De Apozol, hacia arriba y hacia el Poniente, se caminan unos 20 kilómetros a través de una brecha empinada y polvorienta. Se llega a una explanada al pie del formidable Cerro del Mixtón. Ahí estaba todo preparado para la Celebración Solemne de la Santa Misa, con incienso, coro, media docena de Sacerdotes concelebrantes y unas mil personas.
Ya estando en ese lugar, acompañados de la bendita Imagen de la Santísima Virgen de Zapopan, se comprenden mejor los títulos de Evangelizadora y Pacificadora, que se le dan, entre otros.
En el Cerro del Mixtón, según las Crónicas, se empeñolaron miles de indios cazcanes en diciembre de 1541, para hacerle frente al Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, que venía personalmente con numeroso ejército de españoles y de indios aliados, a apagar la rebelión de la Cazcania, que cimbraba y ponía en entredicho la dominación española.
Se habían producido encuentros previos muy sangrientos en Tlacotán, la tercera Guadalajara, y en los llanos y el Cerro de San Miguel, cerca de Nochistlán. Pero, ante la presencia del Virrey y su poderoso ejército, buscaron refugio en las alturas del Mixtón.
La estrategia del Virrey consistió en rodear el cerro para impedir que escaparan, cortarles el suministro de víveres, y esperar a que se rindieran por hambre. Fue entonces cuando ocurrió la providencial y oportuna presencia de Fray Antonio de Segovia, que supo estar en el lugar y en el momento precisos, y obtuvo del Virrey la promesa de no castigar a los indígenas, si se rendían.

Mixton

Imagen pacificadora
Con esta promesa y la pequeña Imagen de la Virgen María al cuello, subió Fray Antonio a las alturas del Mixtón y convenció a los belicosos cazcanes de que se rindieran y no habría castigo.
Cuentan los historiadores que lo que más los convenció fue la pequeña Imagen de la Virgen Santísima y los rayos de luz que despedía.
Ella les dio mucha confianza e influyó para que se evitara una confrontación y una masacre, que hubiera encendido más los odios.
Los cazcanes bajaron en paz a poblar los pueblos del Cañón de Juchipila, del Valle de Tlaltenango hacia el Norte, y algunos se vinieron hasta Zapopan, con el regalo de la prodigiosa Imagen, que de ahí en adelante tiene su sede y su título de Nuestra Señora de Zapopan.
Un escenario grandioso, los recuerdos vivos de un episodio de gran significación para la historia religiosa y política de nuestra Patria, así como la presencia de la venerada Imagen de Nuestra Señora de Zapopan en ese lugar, donde estuvo por primera vez hace ya 474 años, hacen que esta romería anual al Cerro del Mixtón sea un evento muy singular.
Ojalá que los Sacerdotes del Decanato de Juchipila le den más divulgación y comuniquen a tiempo la fecha de esta importante Peregrinación.

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