viernes, 4 de noviembre de 2016

Una buena experiencia en Halloween

Querida Lupita:

Mi hija de 16 años no quiso festejar Halloween y regañaba a los niños disfrazados de diablos y monstruos. Se ganó críticas y ofensas por decir que eso está mal. Les dijo a los niños que estaban ‘adorando’ a Satanás; pero ellos y sus padres le dijeron que sólo se divertían y que lo de ella es fanatismo. A mi hija le duele todo esto, pero se ha dado cuenta de que, así, no evangeliza, sino, por el contrario, provoca rechazo. Me preguntó cómo influir para bien, pero no supe orientarla. ¿Alguna idea?

María S.

Hermana mía, María:
Dios trabaja primero EN nosotros, para luego trabajar CON nosotros. Cuando corregimos a los demás, es importante revisar nuestra pureza de intención. ¿Corregimos para mostrar que nosotros sabemos más, y descalificamos al hermano?, o ¿lo hacemos porque queremos su bien?
Me llenan de esperanza los jóvenes que viven su Fe y quieren defenderla; son el tesoro de la Iglesia. Felicito a aquellos que quieren hacer del Halloween lo que verdaderamente es: la preparación al festejo del Día de todos los Santos.
Pero, en efecto, debemos transmitir nuestra Fe con alegría, pues ser católico es tener una Buena Noticia qué compartir siempre. Vamos a esmerarnos en presentar a la Iglesia como la comunidad de los que aman.
Cuando Cristo habitó entre nosotros, el mundo era pagano; es decir, desconocía al Dios único y vivía con sus propios criterios, adorando ídolos de toda clase. Aquel mundo no difiere mucho del nuestro, ya que hoy vivimos como si Cristo no hubiera venido a hablar claro sobre nuestro destino eterno. Nuestro Señor nos puso el ejemplo acerca de la forma de “inculturar el Evangelio”.
El término inculturar es como encarnar; indica el esfuerzo de hacer penetrar el Mensaje de Cristo en un ambiente socio-cultural, buscando que éste crezca, según sus propios valores, en la medida en que son conciliables con el Evangelio (II Sínodo Diocesano, 796). Ir poco a poco, de manera audaz.
Jesucristo es Maestro en este arte. Él, para hacer llegar la Buena Nueva a quienes vivían totalmente alejados del Padre, los amó primero.
Nuestra Fe es de los que aman; nuestra primerísima Misión es comprender, y a partir de ahí, anunciar con una sonrisa que Dios nos quiere a su lado plenamente felices en el Cielo para siempre.
Circuló en Internet la siguiente propuesta de un buen Sacerdote para transformar el Halloween en lo que debe ser. Sugerencias:
1.- Ve a Misa y aprovecha para confesarte.
2.- Visita a Jesús Eucaristía y dile que deseas ser santo.
3.- Cuando los niños toquen el timbre en tu casa, invoca al Espíritu Santo con la siguiente oración: “Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, cómo debo obrar para procurar el Bien de los hombres, el cumplimiento de mi Misión y el triunfo del Reino de Cristo, Amén”.
4.- Abre la puerta con una sonrisa en tu cara y en tu corazón.
5.- Diles la alegría que significa que hayan tocado tu puerta, y que con gusto les darás algunos dulces.
6.- Invítalos a rezar un Padre Nuestro, una Avemaría y Gloria, frente a un altar de la Virgen que has preparado previamente.
7.- Reparte a cada uno la estampa de un Santo.
8.-Dales un dulce y despídelos con alegría.
“No solamente nos dediquemos a decir lo que está mal; propongamos algo nuevo para evitarlo”.

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