jueves, 6 de octubre de 2016

Conoce la Palabra de Dios, ora con ella y vívela desde tu corazón

Familiaridad con la Sagrada Escritura

Biblia en hebreo

José Osvaldo Rosales Quiroz,
2° de Teología

Al iniciar el pasado mes de septiembre tuvimos una gran tarea, que nos fortalece y anima para ser mejores cristianos en un ambiente dominado por la secularización y la pérdida del sentido de Dios en nuestras vidas. Esta tarea es la de la lectura y oración en la Sagrada Escritura, ya que es un “tema que concierne no sólo a cada creyente, sino a toda la Iglesia, pues la vida y la misión de la Iglesia se fundan en la Palabra de Dios, la cual es alma de la Teología y, a la vez, inspiradora de toda la existencia cristiana”, diría el Papa Francisco, en un discurso dirigido a la Pontificia Comisión Bíblica en 2013.
Normalmente se le dedica el mes de septiembre, aunque te invito a que sea todo el año, pues incluso en muchas Parroquias se anima a que cada fiel desempolve su Biblia y deje que el Espíritu Santo ilumine su actuar cotidiano; se hacen Altares, Círculos Bíblicos, temas de interés bíblicos, Jornadas Bíblicas etc., y esto es maravilloso porque tenemos un acercamiento más propicio a la Palabra de Dios.
¿Por qué debemos tener un acercamiento a la Palabra de Dios?: porque “la Palabra de Dios es la Luz verdadera que necesita el hombre” (Cfr. VD, 12) y es en ella donde tenemos un acercamiento al Señor, que se revela al Pueblo de Dios, y sobre todo, que nos muestra la fidelidad de Dios para con su pueblo.
Con todo, cierto es que el mes de septiembre lo dedicamos a la lectura de la Sagrada Escritura con más ahínco, ya que debe suscitar entre nosotros una gran importancia. Citando a la Verbum Domini, VD, en el No. 87 nos enseña la perspectiva que debemos tener ante la Sagrada Escritura, pues afirma que “la Palabra de Dios nos ayuda en el camino de penitencia y conversión, nos permite profundizar en el sentido de la pertenencia eclesial y nos sustenta en una familiaridad más grande con Dios”.

bibliaenelseminario

Sugerencia de pistas
Quiero proponerte algunas luces que puedan orientarnos para acercarnos a la Sagrada Escritura:
Toma una postura humilde: Es Dios mismo quien nos habla a través de la Sagrada Escritura; Él quiere ser Luz en tu camino.
Abre tu corazón: A un corazón sincero, el Señor no lo desprecia; deja que Dios oriente tu vida.
Vive lo que lees, pues en la medida en que vivas la Palabra de Dios, podrás ser luz para los demás.
Comparte lo que lees en la Sagrada Escritura: Es una forma de evangelizar, y eso despierta tu conciencia de misión.
No busques en la Sagrada Escritura tratados de Ciencia: Recuerda que es un Libro de Fe, es la actuación de Dios.
Haz oración con la Palabra de Dios: Dialoga con el Señor; sé concreto en tu vida.
Lee, medita, ora en familia, pues para que la familia pueda caminar bien, con confianza y esperanza, es necesario que se alimente de la Palabra de Dios.
La Biblia no es para ponerla en un anaquel, sino para tenerla al alcance de la mano, para leerla a menudo, todos los días, tanto individual como comunitariamente.
San Jerónimo insiste en que el desconocimiento de las Sagradas Escrituras es el desconocimiento de Cristo. Por ello, es necesario presenciar el deseo de Dios por estar cerca del hombre, un Dios ‘en salida’, que incluye el amor por la Palabra en todas sus dimensiones. “Toda la Divina Escritura es un solo Libro y este Libro es Cristo, porque toda ella habla de Cristo y se cumple en Cristo” (Hugo de San Víctor).

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