Sergio Estrada González
México, D.F.
Despejar las dudas de todas y todos aquellos jóvenes que han querido y decidido consagrarse a la vida espiritual, así como el planteamiento de los retos a enfrentar hoy en día, fue el objetivo principal del Congreso Nacional para Celebrar el Año Jubilar de la Vida Consagrada.
Reunidos en la Basílica Nacional de Santa María de Guadalupe, consagrados a la vida espiritual reflexionaron en temas como la vida contemplativa, basada en las Sagradas Escrituras, así como en la visión histórica del desarrollo de la vida contemplativa.
En el Panel “¿Cómo es la vida consagrada hoy, en la Sociedad mexicana?”, Jhon Kenney, eremita, mencionó que actualmente, en lo material, cada quien debe ser autosuficiente, debido a que los ermitaños no cuentan con Seminarios y su formación se basa en el proceso de muchos años para pronunciar los votos públicos, y posteriormente los votos perpetuos.
Otros senderos
En cambio, la Hermana Ana María del Redentor expresó: “La vida de clausura en México ya está actualizada y se está actualizando aún más. Ahora es muy distinto, y el modo de actualizarse depende de cada Capítulo y de cada Monasterio, según sus propias necesidades”.
La Hermana Guadalupe Labarthe, Religiosa de la Cruz, al referirse a los desafíos a los que se enfrentan los contemplativos cuando tratan con los jóvenes, subrayó que lo más importante es vivir el reto de ser testimonio para los jóvenes: “Ellos tienen un sentido muy profundo de lo que es auténtico y de lo que son teorías. El reto mayor es ser lo que somos”.
Desde el punto de vista del Hermano Damián Ortega Luna, Monje Benedictino de Guatemala, es muy importante la vida de una Fe verdadera que abre los ojos, dejando el testimonio hasta el ejemplo de los Mártires. Aseguró que hay muchas vocaciones, pero no hay perseverancia por la exigencia que implica la observancia y la disciplina. También, porque no hay comodidades, y los Medios de Comunicación son limitados.
La vida religiosa, sea activa en el apostolado o de claustro, debe incluir la contemplación como elemento indispensable de consagración al Señor y a las cosas de Dios.
El punto de vista de la contemplación
En su testimonio, Fray Jorge Francisco Vargas, Religioso Dominico, puntualizó, desde la perspectiva bíblica, que la contemplación viene del Espíritu Santo, y que sin Él no hay contemplación: “La contemplación religiosa teologal es una forma de oración que pertenece a esta vida. Un niño aprende a orar y a relacionarse con Dios a través de la contemplación. Entonces, Dios nos ayuda a pensar con Él y a tener una experiencia de Él. Es una forma de oración, no son muchos razonamientos y palabras. Es simple, no es mucho pensar y saber mucho.
“Ya no hay discurso ni meditación: la contemplación se realiza en la Fe porque también somos afecto y sentimiento, y el Señor da la plenitud. La Fe y el Amor contemplan según la psicología de cada quien”, expuso fray Jorge Vargas, y enfatizó que todos estamos llamados a la Mística por el Bautismo, al conocimiento de Dios, a la plenitud de la caridad y a la contemplación. El cómo y el cuándo no se saben; cada quien ha de buscar con sinceridad a Dios.
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