jueves, 9 de octubre de 2014

Tradiciones, mitología, símbolos

El enigma precolombino, a 5 siglos de distancia


Dr. Alberto Gutiérrez T. Formoso


“El término ‘descubrimiento’, y las discusiones sobre su hondo y bipolar sentido… ¿No será que el vocablo sí es correcto desde un acendrado etnocentrismo europeo (en nuestro caso el hispano…), pues lo fue para aquellos audaces viajeros de las Carabelas? a) Lo fue en verdad como un ‘descubrimiento’ de algo ignoto y aun cuestionado en su realidad geográfica, y mucho más en su realidad de estar ya habitado y en eclosión cultural magnífica”. (Cfr. AGF, ‘Kaleidoscopio de esta América Nuestra’, Glosa: excerpta’: Págs. 35 a 38. Ediciones Católicas de Guadalajara).


descubrimiento-de-america-643-12-Descubrimiento-de-America-John-Vanderlyn-1847


El 12 de Octubre de 1492 está pletórico de interpretaciones muy discutidas. El primer interrogante que nos inquietó en la Bitácora 626ª (8 de octubre de 2011) lo expresamos en el título: “Mutuo y múltiple ‘Descubrimiento’”. Fue, el primer momento, asombroso, de aquel ‘Encuentro’ de dos mundos, allá en la Isla Guanahaní (hoy Islas Bahamas, bajo el nombre sajón de Wattling (que nada rememora del cimbrante y mutuo descubrimiento colombino). ¡Y vaya si fue sorprendente afianzamiento cartográfico de aquellos navegantes que supieron regresar exactamente (desde sus litorales europeos) al pequeño punto de Guanahaní! Y desde ese momento y desde esa playa ‘bendecida con Acción de Gracias’, arrancó, con convicción de Misión, el otro descubrimiento: el Misionero, en su roturación kerigmática y heroica de los Frailes primeros (quienes en regiones de América prosiguen con aquel afán evangelizador).

Y el segundo interrogante lo planteamos en la Bitácora 730ª, de octubre de 2013, a la luz de cómo se marcaron las primeras rutas de circunnavegación y los múltiples y sucesivos descubrimientos geográficos y reiterados encuentros mutuos de nuevas tierras y notables habitantes y culturas en eclosión grandiosa desde muy antiguo. Descubrimientos que han sido completados hasta este Siglo XXI, para sorpresa nuestra. Esto sí es, en verdad, la Visión ‘Kaleidoscópica’ en su colorido y tonos de lo que es HOY nuestra América una.


I- LA OBRA ‘EL ENIGMA PRECOLOMBINO’, DE FERNANDO SCHWARZ
Con ese título quisimos encabezar esta Bitácora 795ª en reconocimiento al legado de su autor, Fernando Schwarz, quien pretendió aclararnos el sentido profundo del término ‘tradición’, en cuanto acto de transmitir, de dar, de entregar, de hacer pasar…. Es decir, que “en el curso de la Historia (estos cinco siglos fecundos), integra lo adquirido y lo identifica con la vida misma y la Cultura, en su idiosincrasia propia de la comunidad”. Lo afirma con convicción. Y ello como una recreación continua de sus valores hasta la aspiración de lo ‘Absoluto’ en sus relaciones con la experiencia de lo Sagrado. Y lo afirma, y coincidimos con él, que el Descubrimiento de América fue siempre paralelo a la Evangelización kerigmática (de inicial presentación del Mensaje de la Fe). Sólo así se entiende su amplitud plena del pasado: como integración de nuevas experiencias. Sólo así pueden criticarse, de raíz, las negativas posturas ególatras de la cruel y aberrante conquista prepotente. Y, a la vez, pueden aquilatarse las posturas misioneras cuando en verdad procuraron una aculturación profunda de dos mundos y visiones cosmogónicas y aun teológicas. No negamos conductas también aberrantes y aun inquisitoriales.


II- SU VISIÓN ETNOLÓGICA

Ciertamente, nuestro autor, como Historiador de la Cultura e Investigador acucioso, planea de inicio que “el hombre precolombino fue un ‘homo religiosus’. (Sólo así se comprende el mito de Quetzalcóatl, mediador entre Cielo y Tierra’). Y en ese contexto, describe el panorama de las grandes civilizaciones y culturas precolombinas de la América Nuclear en sus tres áreas: Mesoamericana; Circumcaribe y Andina. Y penetra en el lenguaje simbólico del Arte, la Religiosidad y los Cultos solares y lunares.

Asimismo, codifica las Fiestas Cosmogónicas (obviamente, la Azteca, la Maya y la Inca) y sus símbolos como el de “’la llama blanca’; ‘el fuego nuevo’; ‘la Piedra del Sol Azteca’. Cita las Grutas y ‘Huacas’ sagradas y las Estelas Toltecas, Olmecas y Mayas, y sus Columnas con el sentido profundo como en Tula y en Uxmal. Más aún, precisa sus Mitos, como en Cuzco: ‘el Ombligo del Mundo’; en el Tiahuanaco de Los Andes; en Teotihuacán, ‘donde los hombres se convirtieron en dioses’; y en Chichén Itzá, en Uxmal, en El Tajín, por citar apenas algunas Culturas Precolombinas, pero, al fin, ejemplos únicos y soberbios.

…Una ligera insinuación de lo que puede seguir siendo un asombroso Descubrimiento.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario