Cañones antigranizo hacen ruido en el campo de Jalisco

Salvador y Maldonado

En los últimos años, el uso de los llamados cañones antigranizo ha sido motivo de polémica y agitación social en poblaciones rurales, sobre todo en las Regiones del Sur y Sureste de Jalisco.

Algunos productores de hortalizas (berries) y frutas (aguacate) utilizan estos artefactos con el objetivo de proteger sus cultivos de los efectos de las granizadas; pero esto es motivo de malestar y protestas de quienes se dicen agraviados, quienes se quejan de que los cañones alejan las tormentas que les dejan agua a sus cultivos de temporal, como son los granos y la caña, además de los pastizales para el ganado.

Alegatos en pro y en contra

En varios Municipios jaliscienses como Zapotlán el Grande, Amacueca y Gómez Farías, por citar sólo algunos, está en grande la discusión sobre el impacto de los cañones entre sus usuarios y sus detractores.

Por ejemplo, el Alcalde zapo-tlense, José Luis Orozco Sánchez Aldana, expresó que el tema amerita una postura definida de las Autoridades, tanto de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), como del Gobierno del Estado, porque hay preocupación de productores que se dicen afectados. Insistió en que, al momento, no se conoce una posición clara de parte de las autoridades agropecuarias, como para tener certidumbre sobre la utilización de los cañones.

Otro Alcalde de la Región Sur, Paúl Jiménez, Primer Edil de Gómez Farías, reconoció tener conocimiento de la controversia que se ha generado durante varios años en torno a estos artefactos, y afirmó que se espera que un estudio que se tiene en marcha de parte del Centro Universitario del Sur, de la Universidad de Guadalajara, y del Instituto Tecnológico de Zapotlán, habrá de arrojar información precisa sobre los impactos de los cañones en el sector agropecuario.

Desde su punto de vista, “los cañones sí causan daño a los productores de cultivos a cielo abierto, como el maíz, por lo que, en el caso de su Municipio, se les negaría el permiso para utilizar estas tecnologías”. También adelantó que varios organismos públicos de la región pretenden hacer llegar al Congreso de Jalisco la petición formal para que haya una legislación específica que regule y marque lineamientos sobre el uso de los cañones.

Sobre el asunto, el Diputado zapotlense Roberto Mendoza Cárdenas refirió que, según información disponible por lo pronto, en el Sur de Jalisco hay instalados 35 cañones que son propiedad de empresas y de productores de cultivos de invernadero. Hizo mención de que sesiona una mesa de trabajo técnico y de diálogo con actores involucrados, a fin de obtener conclusiones técnicas sobre los efectos del uso de los cañones antigranizo, lo que podría generar una legislación específica adicional a la existente para regular su uso.

Doce años de polémica

Por cierto, las crónicas y notas periodísticas de los últimos doce años registran una polémica entre los defensores y los detractores del empleo de estos artefactos, según consta en las Hemerotecas y en los Archivos del ciberespacio.

Al respecto, el Investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ángel Meulenert Peña, en declaraciones publicadas en “La Gaceta Universitaria”, ha expresado que “no hay bases científicas” para afirmar que los cañones impiden que llueva o que propicien daños ambientales.

Pero, por su parte, el Agrónomo udegeísta José Luis Ortiz señaló que los cañones “sí ahuyentan las nubes y perjudican el desarrollo de cultivos al reducir la precipitación pluvial”. Aseveró que tanto quienes usan los cañones como quienes se oponen a ellos, sostienen argumentos válidos para sus intereses, por lo que urge un papel neutral de la Autoridad para generar condiciones de equidad entre las partes, lo que supone regular el uso de esos aparatos. Adujo que “tan válido es el argumento de un productor de maíz que demanda agua para su cultivo, como de quien siembra jitomates o pepinos que pueden afectarse por una granizada”.

EL DATO

En el año 2002 hubo un movimiento de protesta social en Zacoalco de Torres, que trajo consigo el decomiso de un cañón por parte de la Autoridad Municipal.

Los cañones suponen mecanismos que lanzan ondas sonoras que viajan a la velocidad del sonido, y que, a base de explosiones controladas de gases, desbaratan el granizo.

Los empresarios distribuidores de los cañones han afirmado también que estos aparatos no disminuyen la precipitación pluvial.